El
círculo
Por Asnowyowl
Ubicación
original
Traducido
por Loves - Beta: Heiko - Revisión: Danvers
Varias parejas
Los Gryffindor
de cuarto año apuntaron sus varitas a la puerta del dormitorio.
Tal y como habían practicado, combinaron su magia para realizar
el encantamiento más fuerte de silenciamiento y cierre que conocían.
Una vez terminado el hechizo no se pudo escuchar más que el ruido
que se filtraba escaleras arriba desde la Sala Común. Los cinco
chicos se quedaron congelados por el silencio, mirando a todo lado pero
nunca entre ellos. Nada podría haberlos alejado de la fiesta
Post-Banquete de Halloween que seguía abajo, excepto lo que habían
venido a hacer. Pero ahora que era el momento, ninguno parecía
dispuesto a dar el primer paso.
El cuerpo
de Harry rezumaba tensión, su varita atrapada en su mano y sus
dedos fuertemente apretados. Lanzó una mirada a Ron, el cual
tenía los brazos cruzados frente a su pecho mirando el cielo
falso.
Finalmente,
fue Seamus quien rompió el silencio y se posicionó en
la mitad de la habitación.
—Todos
accedimos a hacer esto, es hora —les dijo.
Neville chilló.
Harry dejó
caer su varita en su cama, flexionó los dedos de la mano que
antes sostenía el objeto de madera. Volvió su mirada de
nuevo a Ron, esta vez sus miradas se encontraron pero rápidamente
el pelirrojo apartó su mirada, pasando una mano temblorosa por
su cabello. Nada de ayuda en ese frente.
El corazón
de Harry latía fuertemente mientras daba un paso y luego otro
acercándose a Seamus. Dean ya había llegado junto al chico
y los otros estaban pisando los talones a Harry.
—Esto
es realmente extraño —dijo Ron—. ¿Qué
pasa si alguien se entera? ¿Pensaran que somos gays?
Seamus bufó.
—Te
lo he dicho, todos los chicos en Hogwarts hacen esto. Nadie lo habla,
pero todos lo hacen. Todos saben que no significa ser gay. Entonces,
¿estamos listos? —Seamus miró a cada uno de sus
compañeros de cuarto—. ¿Alguno se va a arrepentir?
—¿Cuánta
ropa debemos quitarnos? —Preguntó Neville.
—Toda
—dijo Seamus—. Debemos estar desnudos. Sip, es la mejor
forma, desnudos.
—No…
no necesitamos quitarnos las camisetas, ¿cierto? —Pregunto
Neville, su voz sonaba un poco más alta de lo usual y se quebró
en medio de la palabra ‘camisetas’—. No debe ser necesario.
Dean se paró
frente a Neville.
—Desnudo
es desnudo, Nev —dijo, mientras se acercaba más al otro
chico. Se quitó la camiseta, sus pezones oscuros resaltaban en
la piel color moca—. No es como si nunca nos hubiésemos
visto en ese estado.
Neville jadeó
mientras daba un paso atrás.
Harry desvió
su mirada del pecho de Dean para dirigirla a Neville.
—Todos
estaremos desnudos, no serás solo tú —le aseguró.
Neville asintió,
masticaba nerviosamente su labio inferior.
Uno por uno,
todos imitaron a Dean y se quitaron sus camisas. Cuando estuvieron desnudos
de la cintura para arriba, hubo un momento de duda hasta que Seamus
se quitó los jeans con una sonrisa y los bóxers de un
solo tirón, echando ambas cosas lejos de su vista.
Harry inspiró
profundamente e hizo lo mismo, tratando de no mirar a Ron mientras éste
revelaba más piel llena de pecas. El último en quitar
completamente sus ropas fue Neville.
De nuevo
todos los chicos se quedaron quietos mirando diferentes puntos.
—A
la de tres, vemos el ‘equipo’ del otro —anunció
Dean
Neville se
ahogó.
—¡Vamos!
Todos tenemos curiosidad, ¿verdad? —preguntó Seamus—.
Quiero comparar con los de ustedes
Harry trago
saliva fuertemente y murmuró:
—Estoy
duro, ¿alguien más lo está?
—Sí—replicó
Ron—, tan duro como una roca.
Neville rió.
—Uno,
dos, tres… ¡Ya! —exclamó Dean.
Los cinco
chicos miraron abajo rápidamente. Harry tenía la intención
de ver el ‘equipo’ de sus amigos, pero su atención
fue atraída solo por el de Ron, no estaba seguro de qué
era lo que lo hacía tan especial pero para él, era glorioso.
—¡Maldición!
Neville, ¡eres gigante! —Balbuceó Seamus.
Harry retiró
su mirada de Ron para dirigirla a Neville; este se balanceó peligrosamente
en su sitio. El pelinegro lo alcanzó antes de que se cayera.
—¿Estás
seguro que puedes manejar esto, Nev?
Neville asintió.
—Bueno,
poneos todos en un círculo —instruyó Seamus. Neville
se puso rápidamente cerca de Harry, rozando sus brazos para después
saltar como si quemara. Por el rabillo del ojo, Harry vio como Dean
se posicionaba a su lado. Tuvo un momento de pánico al darse
cuenta que era separado de Ron.
Dean codeó a Harry.
—Esto
va a ser brillante.
Antes de
que el pelinegro le pudiera responder, Ron se deslizó entre ambos;
su cara estaba del mismo color de su cabello. El pecho de Harry se llenó
de absoluta alegría.
—Sin
empujar —dijo Dean—. Creí que habíamos acordado
que no importaba al lado de quien estábamos.
—Lo
siento —dijo el pelirrojo, pero no se movió —; yo…
bueno… yo
Dean se rió.
—Si
querías que te hiciera la paja, todo lo que debías hacer
es preguntar.
—¡No
es eso! —protestó el otro.
—Basta
de peleas, señoritas —dijo Seamus—, voy a perder
mi erección si seguís —les espetó, mientras
sacaba un líquido viscoso de un tubo y lo ponía en la
palma de su mano para después pasar el objeto a Dean—.
Todos somos diestros, ¿no?
Hubo murmullos
de asentimiento. El tubo pasó por todo el círculo hasta
que Neville lo dejó en el suelo. Harry, bastante nervioso, movía
el líquido entre sus manos.
—Listo,
poned todos vuestra mano izquierda en el hombro de la persona a su izquierda,
eso ayudará con el equilibrio si las cosas se ponen intensas
—instruyó Seamus.
Manteniendo
sus ojos al frente sobre un punto entre Dean y Seamus, Harry posó
su mano en la piel caliente de Ron. Su pene dio un salto ante el pequeño
contacto. En su hombro, la mano de Neville se sentía sudorosa
y fría.
Seamus miró
en torno al círculo y sonrió:
—Bueno,
caballeros, pongan su mano derecha en el pene a su derecha.
Harry siseó,
su estomago dio una voltereta al sentir la mano de Ron rodear su pene.
Al mismo tiempo, alcanzó el miembro de Neville y lo rodeó
con su mano. Neville soltó un resoplido ante el contacto de la
mano de Harry, moviéndose un poco contra ella.
—Cierren
los ojos si quieren imaginar que es la chica de sus sueños —sugirió
Dean.
Harry no
tenía que imaginar a alguien más. De hecho, la mano que
la sostenía era la de la persona a la que todas las noches Harry
dedicaba sus pensamientos. Para él, esto era un maldito sueño
hecho realidad.
—Ok,
comenzad a moveros —dijo Seamus.
Pronto la
habitación se lleno de sonidos de piel contra piel y gemidos
ahogados. La polla de Neville estaba caliente en la mano de Harry, mientras
que el pene de éste se sacudía bajo los movimientos de
Ron. Su vientre se calentó. No estaba seguro de cuánto
podía durar, pero para que esto no ocurriera, el pelinegro se
concentro en el movimiento que su mano estaba haciendo sobre Neville.
El pene rojo oscuro del otro chico parecía enojado contra la
mano blanquecina de Harry.
Una gota
de semen pre-orgasmo salió de la punta del pene de Neville, Harry
la alcanzó con su pulgar, para después acariciar la punta.
Neville se
estremeció.
Sabiendo
que podría terminar, pero sin ser capaz de detenerse, Harry lanzo
una mirada a su propio pene.
La larga
mano de Ron estaba bombeando a un ritmo fuerte y seguro. Sólo
ver eso hizo gemir a Harry.
¡Ah!,
cómo había soñado con esto, pero realmente era
mejor de lo que había podido imaginar.
Ahora, si
sólo pudiera ser la erección de Ron en la que trabajara
y no en la de Neville.
Moviendo
los ojos a su izquierda, Harry observó la mano de Dean rozar
la piel de la erección de Ron.
Eso no era
correcto, para nada. ¡No! ¡Nadie debería tocar a
Ron excepto él! El pelinegro apresuradamente quito la mano del
hombro del otro chico, golpeando la mano de Seamus para alejarla del
miembro de Ron, rápidamente puso su propia mano en el pene del
otro.
—Harry…
—lloriqueó Ron.
—Mío
—murmuró Harry
—Maldición
—exclamó Dean.
Harry se
concentró en seguir el ritmo de sus dos manos trabajando en dos
penes completamente diferentes, retirando la atención que tenía
puesta en el suyo. Al ser Harry diestro, Neville estaba haciendo mejor
trabajo que Ron, por tanto no fue una sorpresa cuando las caderas de
Neville empezaron a arremeter contra la mano del otro, suaves ruidos
ahogados acompañando el movimiento. Sólo usando todo su
poder mental, Harry fue capaz de mantener sus caderas quietas y no seguir
el ritmo de las estocadas de Neville, había esperado demasiado
para tener la mano de Ron sobre él. No se iba a correr tan pronto.
Neville soltó
un gruñido grave, mientras su pene pulsaba en la mano de Harry.
El otro chico continuó moviendo su mano hasta que la erección
se suavizó, rápidamente se limpió en su muslo.
—Brillante
—murmuró Neville.
Harry se
volvió hacia Ron y reemplazó su mano izquierda por la
derecha en la erección de su mejor amigo. Su brazo izquierdo
rodeó la cintura del pelirrojo y su frente se apoyó en
su hombro.
—¿Neville
terminó? —Preguntó el otro.
—Sí
—siseó Harry
—Bien
—Ron movió su cuerpo hasta quedar contra Harry, su mano
siguiendo el ritmo que había mantenido. Harry movió su
erección hacia la del otro chico antes de lanzar sus caderas
hacia adelante, las erecciones chocaron una contra la otra, haciendo
que ambos chicos gimieran—. Mierda, mierda, mierda… —murmuró
Ron, mientras se giraba del todo hasta quedar frente al otro, pecho
contra pecho y su erección rozando la de Harry constantemente.
—Sí
—murmuró Harry—, Merlín, ¡Sí!
Quiero esto… te deseo.
Harry emitió
un sonido de protesta cuando la mano de Ron abandonó su erección.
Pero no hubo tiempo para más; el otro chico rápidamente
aparto la mano de Harry de su propia erección, presionando ambos
cuerpos y quedando sin espacio. Empezaron a moverse fuertemente contra
el otro. Ron pasó sus brazos por la cintura de Harry para después
levantarlo, dejándolo caer en el suelo de forma poco ceremoniosa
y después posicionarse sobre él. Harry gruñó
cuando el peso de su amigo quedó sobre él, pero la sensación
de piel caliente y músculos en tensión le hizo olvidar
cualquier incomodidad.
Ron volvió
a unir de nuevo sus erecciones, volviendo a moverse contra Harry. Sus
ojos eran negros y desenfocados.
—Quiero
besarte —dijo.
Harry se
acercó y atrapó los labios de Ron entre los suyos, el
pelirrojo abrió su boca ante la lengua de Harry, que pedía
entrada. El beso fue torpe pero no importó, el calor que desprendía
la boca de Ron y la sensación de su lengua contra la del otro
era grandiosa.
Atrapado
como estaba debajo del otro, Harry no podía moverse como hubiera
querido, pero el ritmo que mantenía Ron era frenético,
tanto que no le llevaría mucho tiempo alcanzar el orgasmo. La
fricción, presión y deslizamiento que hacía contra
el miembro de Harry era devastador. Sus testículos apretaron,
toda su ingle se calentó, y se corrió, mandando todo su
semen sobre el pene de Ron y entre los estómagos de ambos
—Dioses…
sí —gimió Ron, mientras su orgasmo lo atrapaba.
Después de saciarse completamente, el pelirrojo se deslizó
parcialmente de Harry.
Presionando
sus labios cerca del oído de Harry, susurró:
—He
soñado con follarte.
El aire se
quedó atrapado en la garganta de Harry, sus caderas se movieron
involuntariamente.
—¡Joder!
¡Sí! Quiero eso.
Ron sonrió,
para después poner su cabeza en el pecho de Harry.
—Más
tarde... esta noche…
—¿Qué
es lo que acaban de hacer Harry y Ron? —Preguntó Neville
desde algún lugar de la habitación.
—Se
llama frotarse —respondió Seamus.
Hubo una
pausa bastante larga antes de que Neville volviera a hablar.
—¿Podemos
intentar eso la próxima vez?
Seamus soltó
fuertemente el aliento.
—Claro
que no —dijo.
—Por
supuesto —respondió Dean.
—Haced
lo que queráis entre vosotros —les dijo Ron—, pero
Harry es mío.
Seamus se
alejó mientras murmuraba algo acerca de un montón de idiotas
que no entendían las reglas de un estúpido círculo.
Harry no
se molestó por eso, después de todo había conseguido
exactamente lo que quería: Ron.
Fin
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