A Ron Weasley no le costó mucho tiempo darse cuenta de
que esto era lo peor que había hecho NUNCA.
Peor que aquella vez que puso a hurtadillas tinta invisible sobre
la mano izquierda de Percy (la mano que todos sus hermanos sabían
que usaba para masturbarse). Peor que dejarse convencer por Seamus
para hacerle aquella foto a Neville en la ducha. Peor que la vez
que aceptó el desafío de los gemelos de intentar
espiar a Tonks mientras se estaba cambiando en Grimmauld Place.
No, esto era mucho, MUCHO peor.
Para empezar, había cogido la capa de invisibilidad de
Harry sin permiso. Eso estaba mal.
Y había conspirado con Fred y George para conseguir que
hicieran explotar uno de sus petardos en el momento exacto en
que se apareció invisible en la habitación de Harry
(aprovechando que su amigo había relajado mucho sus protecciones
desde el final de la guerra), para cubrir el ligero sonido del
estallido que su llegada provocaría en la habitación.
Eso estaba mal, también.
Y no se había ido, después, en cuanto vio lo que
estaba ocurriendo allí. Eso estaba realmente mal.
Y todavía estaba allí de pie, sintiéndose
más incómodo de lo que nunca se había sentido,
bajo la capa de invisibilidad de Harry, mirando como su mejor
amigo era follado por su ex profesor de Pociones. Eso estaba mal
en tantos sentidos que Ron no podía ni empezar a enumerarlos
todos.
Ya estaban en ello cuando se había aparecido en la habitación,
sin que nadie lo notara. Estaban juntos en la cama de Harry, él
y Snape. Su amigo boca arriba, con el hombre encima de su cuerpo.
Y Snape estaba… moviéndose. Ron se había
quedado congelado en el sitio, sin querer mirar pero totalmente
incapaz de apartar la mirada.
Había estado preocupado por Harry desde hacía tiempo.
Desde antes de que El-Que- Probablemente-Ya-Puede-Ser-Nombrado
hubiera caído finalmente en la batalla del monte de Belvedere's
Hump. Sus sospechas habían comenzado cuando Harry había
defendido a Snape en una discusión (una discusión
sobre Snape, mira tú por dónde…). Harry parecía
como si de hecho le estuviera empezando a GUSTAR el cabrón.
Se había puesto de su parte y se había enfadado
con Ron, diciéndole que estaba equivocado sobre el tipo,
¡que ese pedazo gilipollas no era en realidad tan malo cuando
le conocías! ¡Cuántas chorradas! Ron estuvo
seguro entonces de que algo raro estaba pasando. Snape debía
haber usado un hechizo o poción o algo, para hacer que
Harry pensara que era un buen tipo después de todo, que
eran amigos o algo. Realmente… era lo único que tenía
sentido, ¿o no?
Entonces Snape había empezado a portarse extrañamente,
también. Le había dado a Ron una charla sobre cómo
debía respetar más las decisiones de Harry, y que
no debía reírse de que estuviera madurando y todo
eso. ¡Incluso se había referido a Harry COMO Harry
por primera vez! Y de hecho había dicho que su amigo era
“una persona importante para nosotros dos” o alguna
maldita basura. Fue entonces cuando Ron había empezado
a pensar que quizás realmente los dos HABÍAN empezado
a ser amigos. Bueno, se habían visto forzados a pasar mucho
tiempo juntos hacia el final de la guerra, ¿verdad? Suponía
que tenía algo de sentido que dejasen de meterse el uno
con el otro y empezasen a llevarse un poco mejor…
Pero entonces, en los pocos días que quedaban para la
batalla final, Harry y Snape no se separaron el uno del otro.
Ni una sola vez. ¡Ron empezaba a preguntarse si incluso
iban al lavabo juntos! Espeluznante, eso es lo que era. No era
natural. Completamente raro. Justo la noche antes del monte Belvedere,
Snape incluso había seguido a Harry a su habitación
y había cerrado la puerta, y Ron estaba completamente seguro
de que el cabrón se había quedado allí toda
la noche. ¡Puaj! ¿Qué habían estado
HACIENDO?
Desde la semana siguiente más o menos, habían empezado
a tener un poco de vida propia, al menos. ¡Buena falta que
les hacía! Pero a Ron todavía le parecía
que su mejor amigo estaba pasando más tiempo con ese gilipollas
que con sus amigos de verdad. Y ¡joder si no iba
a descubrir qué demonios estaba pasando!
Así que por eso estaba allí, ahora mismo, congelado
de pie en mitad de la habitación de Harry. Mirando…
eso.
Harry gimió suavemente y giró la cabeza en la almohada.
Snape se inclinó inmediatamente y pegó su boca abierta
al cuello de Harry, succionando la piel que había allí,
suficientemente fuerte como para que pareciera que podía
doler. Pero Harry estaba sonriendo, y llevó una de sus
manos hacia la nuca de Snape, manteniéndole levemente allí.
¡Egs! ¡Tú mano se llenará de grasa,
Harry!
Estaban follando ¿no? Las sábanas, gracias
a Dios, todavía cubrían la parte inferior de sus
cuerpos, y Ron esperaba que continuasen de ese modo. Aún
así, significaba que no lo podía ver todo. (¡Qué
asco!) Así que podrían estar simplemente…
¿frotándose o algo así? Frunciendo el ceño
ligeramente, Ron dio un par de silenciosos pasos hacia un lado,
diciéndose firmemente a sí mismo que NO estaba intentando
conseguir una mejor vista… simplemente estaba intentando
averiguar a qué estaba siendo sometido exactamente su amigo.
Harry tenía las piernas muy abiertas, a juzgar por lo
que veía. Y las tenía dobladas por las rodillas
casi a la misma altura de su pecho. Mira, era esa flexibilidad
(y no sólo su pequeño tamaño) lo
que hacía de él un buscador tan bueno y alucinante.
Ron intentó imaginar exactamente cómo semejante
posición podría, er… alinearle con varias
partes de la anatomía de Snape. Sintió su nariz
fruncirse de repugnancia. ¡Puaj! Bien, estaban follando.
Supuso que los sonidos podrían haber sido una pista para
averiguarlo. Los susurros, los ásperos sonidos y la cama
chirriando ligeramente. Y los murmullos. Los síes y los
ohs y los oh Dios mío. Ron tragó saliva. Había
visto un par de películas porno. Y aunque eso era con diferencia
más suave y algo más… dulce o algo así…
sabía que esos sonidos eran ruidos de folleteo. No es que
alguna vez hubiese visto porno de maricones, ¡qué
va! ¡Dios, no! La idea de mirar a dos tíos junt…
Ron palideció. Estaba mirando a dos tíos
juntos. Y no estaban en ninguna maldita película, tampoco.
Estaba de pie en la vida real, viendo cómo dos tíos
lo hacían en directo. Y no sólo a dos tíos
cualesquiera, sino a su mejor amigo y su más odiado ex
profesor. Quien siempre había pensado que era también
el profesor más odiado de su mejor amigo.
¡Joder, sí que era complicado!
Snape enderezó los brazos a cada lado de Harry y se elevó
ligeramente, mirando al rostro de su amigo. Cuando hizo eso su
grasiento y feo pelo cayó sobre su cara, de modo que Ron
no pudo ver qué tipo de mirada le estaba brindando. Pero
pudo ver bien la cara de Harry, de todos modos. Y éste
le estaba mirando como si… como si… tuviera debilidad
por el tipo. ¡Maldita sea! Harry serpenteó los brazos
hacia arriba alrededor del cuello de Snape y empujó al
gilipollas hacia él. El ex profesor colocó un brazo
bajo el cuello de Harry, acunando su nuca, y acarició su
cara con la otra mano. Ahora estaba apoyando todo el peso sobre
sus codos. Y entonces… bajó su rostro hacia el de
Harry y le besó.
Ron intentó no mirar sus caras unidas de ese modo. Era
demasiado. Pero aún así no pudo apartar totalmente
sus ojos de ellos, tampoco. Dejó que su mirada descendiera
ligeramente y se encontró mirando la desnuda espalda de
Snape. ¿Quién habría pensado que el hombre
sería musculoso en esa zona? ¿Y qué eran
esas…? Oh. La espalda estaba entrecruzada por largas cicatrices.
Algunas borrosas. Pero definitivamente estaban ahí. Probablemente
habían estado ahí desde hacía bastante tiempo,
a juzgar por su aspecto. Ron apartó la mirada y regresó
a donde sus rostros se estaban separando de nuevo.
No. No, Ron NO iba a permitirse sentir ninguna compasión
hacia el bastardo. Se había unido a los mortífagos
por su propia voluntad… si ellos se divertían dándole
una paliza de vez en cuando, bueno, eso en primer lugar era culpa
suya por unirse a ellos, ¿verdad?
Snape y Harry juntaron fuertemente sus frentes mientras se movían
como uno solo.
—Perfecto —oyó Ron que decía Snape.
¿Perfecto? ¿Cómo se le puede decir eso a
un estudiante al que has pasado siete años acosando, intimidando
y humillando?
Las piernas de Harry debían de haber empezado a doler,
porque estiró una y luego la otra. Cada movimiento hizo
que las sábanas se deslizaran hacia abajo un poco, y un
poco más. Ron contuvo el aliento. Maldita sea… ¡no!
No, ¡no necesitaba ver aquello! Las sábanas
estaban de pronto fuera de la cama, y ahí estaban…
Severus Snape y Harry Potter, follando… justo frente a los
ojos de Ron.
Unos ojos que debían estar a punto de salirse de sus órbitas
en ese momento, estaba seguro. Estaba mirando el culo de Snape,
¡por el amor de Dios! ¡El desnudo y pálidamente
enfermo culo de Snape! ¡Y lo que era peor! ¡Mucho
peor! Ese culo se estaba moviendo arriba y abajo en un ritmo constante,
los músculos apretándose y relajándose, mientras
el viejo cabrón se empujaba una y otra vez dentro del cuerpo
de Harry. ¡Uf!
Estaban obviamente empezando a ponerse a ello ahora, consideró
Ron. Las sábanas siendo apartadas eran un indicio, supuso.
Pero las estocadas se estaban acelerando un poco ahora, también,
y parecía estar metiéndose un poco más en
cada empuje… la sonrisa de Harry se estaba ensanchando más
y más, su cuerpo recibiendo cada nueva ofensiva con lo
que parecía una creciente satisfacción.
¿Era eso posible? ¿Que Harry realmente estuviera
disfrutando eso? ¿Tener a ese feo gilipollas bombeando
sobre él de ese modo?
Ron parpadeó cuando súbitamente comprendió
lo que debería haber comprendido hacía algún
rato. ¡Harry era marica! Su mejor amigo, el tío con
el que había compartido habitación durante siete
años, ¡era un jodido maricón!
Y Snape lo era, también. ¡Eggssss! ¿Quizás
había estado mirándoles a todos ellos, todos los
chicos, todo el tiempo mientras habían estado en la escuela?
¿Quizás había estado pensando en hacerle
eso a Harry todo ese tiempo? Sucio y viejo desgraciado. Oh, mierda…
Snape nunca había estado al cargo de las duchas después
de Quidditch, ¿verdad? Ron soltó el aliento con
cuidado mientras echaba un vistazo a siete años de recuerdos
en las duchas. No. Snape nunca se había dejado caer por
allí. Bueno, eso era algo, supuso. Al menos el hombre tenía
ALGUNA moral.
Heh. Algunas morales debían de ser muy pequeñas,
pensó, mientras observaba cómo Snape echaba la cabeza
un poco hacia atrás mientras se conducía más
duramente dentro de Harry. Mientras metía su su…
Ron miró un poco y se movió en silencio una vez
más. No para conseguir una mejor vista, se recordó
a sí mismo de nuevo, simplemente para ver exactamente qué
estaba pasando ahí. Sí. Movió la cabeza ligeramente,
intentando ver… ¡Maldita sea! Ron sintió el
rubor empezando en la coronilla de su cabeza y recorrer su cuerpo
entero, exactamente hasta las puntas de sus pies (que se sentían
exactamente como si se estuvieran arrugando).
Podía ver. Podía ver... unas cuantas películas
porno protagonizadas por mujeres con tetas mágicamente
aumentadas no habían preparado a Ron para eso. Podía
verlo. Podía ver… bueno, a ellos. El lugar
donde estaban unidos.
Ron se enderezó rápidamente y llevó la mirada
a otra parte. De ninguna manera había estado haciendo eso.
Sencillamente NO había estado mirando la polla de Snape.
SIN DUDA ALGUNA no había estado mirando la polla de Snape
moviéndose dentro y fuera del culo de su mejor amigo. Nanai.
¡Ni hablar! Ni en un millón de años.
Pero lo había hecho, ¿no era así? Si era
posible que un Weasley se ruborizara más profundamente,
Ron lo hizo en ese momento.
Snape tenía una bien grande. Y si el modo en que Harry
estaba reaccionando a ser sodomizado era una indicación,
el tío sabía cómo usarla, también.
Harry estaba ahora arqueando la espalda contra el colchón,
cada vez que Snape empujaba dentro de él. Sus manos estaban
agarrando el culo del hombre, sus dedos clavándose en la
carne mientras le empujaba contra sí mismo. Al mismo tiempo,
empujaba su propio culo hacia arriba para encontrarse con él.
Como si intentara follarse a sí mismo con esa cosa grande
y dura. Como si la sensación que le producía fuese
tan buena que simplemente no pudiera tener suficiente de ello.
Ron se lamió los labios secos distraídamente. Yo
no soy maricón, se dijo a sí mismo con severidad.
Esto es asqueroso y feo y horrible. NO me estoy poniendo duro
por esto.
De todas formas sus tejanos se sintieron repentinamente incómodos.
Joder. Esto no está pasando. ¡Esto no puede estar
sucediendo! ¡No estoy teniendo una erección mirando
esto!
Oh, pero la tenía.
Es sólo porque es sexo, ¿verdad?, razonó,
bastante adecuadamente, dadas las circunstancias. Todavía
soy un adolescente lleno de hormonas haciendo cosas raras. No
es porque sean dos tíos (en particular ¡no esos
dos tíos!), sino sólo porque se trata de sexo. Las
pollas sencillamente reaccionan a eso, ¿verdad? No importa
qué clase de sexo sea…
Y parecía ser, bien… sexo muy bueno, al menos desde
el punto de vista de Harry y Snape. No se podía negar que
estaban disfrutando mucho, muchasgraciasporpreguntar. Ron pudo
ver el lustre de sudor cubriendo ambos cuerpos, pudo ver incluso
los músculos trabajando duramente mientras se movían
juntos. Sus besos también se estaban volviendo más
firmes, con más lengua y más babosos de lo que habían
usado antes.
Snape se alzó de pronto sobre sus rodillas, inclinado
sobre el cuerpo de Harry como si se estuviera alimentando de él,
y arrastró el culo sobre su regazo. ¿Quién
hubiera dicho que Snape era tan fuerte y ágil? Sus grandes
manos se agarraron a las caderas de Harry y permanecieron allí
mientras metía su polla más fuerte y profundamente
en su culo. Sin nada a lo que agarrarse, los puños de Harry
se cerraron sobre las sábanas mientras recibía la
dura follada. La piel de su torso estaba ruborizada… Dios,
debía sentirse muy caliente… y su erección…
Ron había visto el pene de Harry antes. Por supuesto que
lo había hecho. Cientos de veces. Era una consecuencia
natural de la vida en una escuela interna, ¿verdad? Pero
nunca la había visto de ese modo. Cierto, no siempre había
estado completamente fláccida en esos cientos de veces
(consecuencia natural de la vida… bla, bla, bla), pero definitivamente
nunca le había visto en ese estado antes. En esos momentos
parecía suficientemente duro como para machacar clavos
con él. Y la cabeza estaba muy oscura. Y reluciente y goteante.
Y sus pelotas estaban apretadas contra su cuerpo. Uf, ¡ese
pobre chico necesitaba algún alivio!
El pensamiento también se le había ocurrido a Snape,
obviamente, porque envolvió una de esas grandes manos teñidas
por las pociones alrededor de la polla de Harry, y la acarició
lentamente arriba y abajo, mientras seguía follándoselo.