¿Más Harry/Draco? Vuelve

 

Mal uso del baño de prefectos

Por Enchanted Jae
Ubicación original

Traducción: Danvers.
Beteo: Pescadora de Estigia
Revisión: Heiko

Harry/Draco, NC-17

 

Harry entró a hurtadillas en el lujoso baño, escondido debajo de su capa de invisibilidad. Sabía que eso podía ser interpretado como un mal uso del baño de prefectos, al no serlo él mismo, pero no podía dormir, y esperaba que un baño relajante ayudara. Harry miró tras de sí sigilosamente, pero no había nadie más en la sala, lo que era de esperar a esas horas de la noche. Decidiendo que estaba completamente solo, Harry dejó caer su capa y se desnudó rápidamente, colocando las gafas encima de la pila de ropa antes de deslizarse en el agua caliente con un suspiro de felicidad.

Pasó cerca de un cuarto de hora en la bañera de prefectos, recostado en el agua, sumergiéndose al completo esporádicamente, sólo para salir de nuevo a la superficie y disfrutar de la sensación de relajación. Harry se permitió hundirse bajo el agua de nuevo, simplemente para ver cuánto podía aguantar sin respirar. Cuando su cabeza salió a la superficie cerca de un lateral de la piscina, tuvo que parpadear varias veces en un intento de enfocar su mirada en lo que parecían ser un par de pies justo frente a su rostro.

Eso eran definitivamente un par de pies justo en frente de él.

Harry tragó saliva nerviosamente antes de permitir que su mirada viajase desde una túnica escolar reglamentaria, hasta un par de manos plantadas beligerantemente en unas delgadas caderas, y finalmente en un rostro borroso coronado por cabello pálido.

¡Malfoy! Harry tragó saliva de nuevo.

—¿Qué estás haciendo en el baño de prefectos, Potter? —El rubio sonrió con desprecio, mientras sus dedos iban hacia los botones de su túnica.

Harry se obligó a no observar fijamente el involuntario strip-tease de Malfoy. Era una provocación para él, que había fantaseado con el Slytherin casi tanto tiempo como se habían enfrentado.

—Ya me iba —consiguió musitar Harry, dándose cuenta tardíamente de que Malfoy le había hecho una pregunta.

—¿Te ibas? —recalcó Malfoy—. Creo que no. Queda por discutir el asunto de tu castigo.

—¿C-castigo? —tartamudeó Harry.

—Oh, sí, Potter —dijo Malfoy arrastrando las palabras, desabotonándose el último de los botones—. El mal uso del baño de prefectos es un delito punible.

Harry estaba experimentando una rara combinación de terrible agitación y palpitante excitación.

—¿Vas… vas a quitar puntos a mi Casa? —preguntó débilmente.

—No, Potter —contestó, un peligroso brillo en su mirada—. Los prefectos ponemos nuestras propias reglas en nuestro baño privado, y establecimos el castigo apropiado hace mucho tiempo. —Mientras hablaba, acabó de abrir su túnica y la dejó caer a sus pies, revelando que no llevaba nada debajo.

Aún sin sus gafas, Harry pudo ver que el chico portaba una impresionante erección, y se vio incapaz de dejar de mirar esa increíble polla.

—¿Adivinas cuál puede ser tu castigo, Potter? —sonrió Malfoy con sorna, pasando lentamente la mano arriba y abajo de su miembro.

—N-no —dijo Harry, aunque tenía una idea de lo que el Slytherin podía tener en mente, y ya sabía que no había modo de que se fuera a meter en la boca la polla de Malfoy. Podía ser persuadido de hacerle una paja al muy creído, pero eso era todo.

—El castigo —dijo el rubio, alargando el suspense—, es una follada a fondo. —Con esa declaración, se deslizó rápidamente en el agua caliente y alargó la mano hacia Harry.

Éste dio un chillido casi de niña e intentó escapar, olvidando que correr en el agua era virtualmente imposible. No había dado dos pasos antes de que Malfoy le agarrara de la muñeca y le obligó a girarse contra la pared de azulejos de la piscina.

—¡Suéltame! —gritó Harry, maldiciendo y golpeando mientras lo hacía. Todo ese retorcimiento sólo pareció excitar más a Malfoy, si la dureza de su polla presionada contra él tenía algo que ver. Desafortunadamente, eso también estaba ocasionando que él se excitara, para su mortificación.

Malfoy le mantuvo sujeto contra la pared, en un esfuerzo de evitar que Harry se retorciera. El otro chico estaba luchando poderosamente, y el rubio se negó tercamente a dejarle ir.

—Quédate quieto, Potter, y soporta el castigo como un pequeño Gryffindor valiente—dijo con determinación.

Eso sólo causó que Harry rehuyese aterrado, intentando desesperadamente escapar de Malfoy antes de que notara cuánto le estaba excitando. Demasiado tarde. Una de las manos del Slytherin se deslizó entre sus piernas, descubriendo la rígida carne que había allí.

—Vaya, Potter, qué amable por tu parte unirte a mí —rió, dando a la polla de Harry una firme caricia.

Harry cambió inmediatamente del modo ¡Escapa ahora! al modo ¡Oh, eso está genial! en un segundo, y un suave gemido se escapó a través de sus dientes apretados.

—Así está mejor —ronroneó Malfoy detrás de él, sin dejar de acariciar la crecida erección—. ¿Estás listo ahora para tu castigo? —murmuró.

—Sí —gimió Harry. No tenía sentido negarlo.

Malfoy se apretó contra la espalda de Harry mientras alcanzaba su túnica al borde de la piscina, sacando un pequeño tubo del bolsillo.

—Lubricante resistente al agua —sonrió—. Perfecto para una paja en el baño de prefectos.

Por el rabillo del ojo, Harry pudo ver a Malfoy poner algo de gel en sus dedos; luego el tubo quedó descuidadamente sobre la túnica una vez más, y los resbalosos dedos estaban de pronto buscando entrada en su cuerpo.

—Relájate, Potter —dijo Malfoy cuando lo sintió tensarse—. Sé lo que estoy haciendo.

El Gryffindor descubrió lo que el rubio estaba haciendo cuando un dedo se deslizó dentro de él y empezó a entrar y salir. Jadeó ante la sensación, pero no era desagradable, y su polla parecía interesada en lo que estaba pasando ahí detrás. Un segundo dedo se unió al primero, y Harry se sobresaltó, molesto.

—Separa las piernas para que pueda abrirte —gruñó Malfoy detrás de él, y Harry dudó tan sólo un momento antes de obedecer. Una vez hubo ensanchado su postura, los dos dedos en su culo empezaron a hacer la tijereta, estirándole casi dolorosamente. Abrió la boca para protestar, pero el Slytherin escogió ese momento para pinchar un particular punto dentro de él, provocando otro agudo grito, aunque éste fue uno de placer. Malfoy continuó presionando ese punto hasta que las rodillas de Harry amenazaban con doblarse, y sus caderas estaban moviéndose incontroladamente. Gimió de decepción cuando esos dedos mágicos salieron de pronto de su cuerpo.

Cuando algo más grande que un dedo dio con su entrada, su aturdida mente no comprendió el significado hasta que el objeto en cuestión forzó un camino dentro de él con un implacable empujón.

—¡Aaah! —chilló ante la dolorosa penetración, intentando arquearse lejos de Malfoy pero no encontrando un lugar a dónde ir. El otro chico llevó sus caderas hacia delante tres veces más, excavando en el estrechamente apretado cuerpo hasta que los afilados huesos de su cadera encontraron el trasero.

—¿Primera vez, Potty? —el Slytherin susurró en su oído.

—Jódete, Malfoy —replicó Harry a través de sus dientes apretados.

—Quizás la próxima vez —dijo Malfoy, enviando un temblor de deseo deslizándose a través de su piel—. Por ahora estoy impartiendo tu castigo. —Sin más aviso que ése, el rubio llevó sus caderas hacia atrás sólo para empujar de nuevo, repitiendo el movimiento hasta que hubo establecido un firme ritmo, embistiendo en el culo de Harry una y otra vez.

A pesar del dolor y la vergüenza que sentía, la polla de Harry estaba vibrantemente erecta, y con un gemido finalmente envolvió su mano alrededor, tirando de ella rudamente al compás de los duros embistes de Malfoy. Mientras su mano trabajaba en sí mismo, sus caderas se unieron automáticamente al baile, ondulando hacia atrás y hacia delante y permitiendo que el Slytherin acariciara ese punto dentro de él de nuevo. Jadeó ante la intensidad de la sensación, y su mano se aceleró sobre su polla, sacudiéndola en su puño vigorosamente. Acostumbrado como estaba a masturbarse, reconoció el inminente orgasmo cuando lo sintió en su apretado saco, y se sacudió más fuerte y rápido, profundamente consciente de qué increíble se sentía siempre que la polla de Malfoy incitaba su próstata.

Harry llegó al clímax con un grave gemido de finalización, pulsando acaloradamente sobre su mano, aumentando sin querer el placer de Malfoy mientras su cuerpo se apretaba y ondulaba alrededor de la necesitada polla del rubio. Harry estaba empezando a recuperar el pensamiento lógico cuando Malfoy gritó desde detrás, agarrotándose y chorreando húmedamente dentro de él.

Harry se dejó caer contra la pared de azulejos de la piscina, cubierto por el peso de Malfoy sobre su espalda como si fuera una manta. Masturbarse solo nunca había sido tan satisfactorio como eso, y se preguntó cuándo conseguiría volver a follar.

Malfoy finalmente se enderezó con un suspiro y se movió hacia atrás, permitiendo que su polla se liberara suavemente.

—Bien, Potter —jadeó—, ¿planeas volver a invadir la santidad de baño de prefectos?

Harry volvió la cabeza para mirar al otro chico, sonrojándose con aire de culpabilidad.

—Estaba pensando… ¿mañana a la misma hora?

 

Fin

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