.Damas y caballerosb

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La violencia es el último recurso del incompetente.
Sir Isaac Asimov.

Nada tan peligroso como una idea amplia en cerebros estrechos.
Hipólito Taine.

Las disputas son para el vulgo y para los esclavos.
Hipatia de Alejandría, en Ágora, de Alejandro Amenazar

 


 


Damas y caballeros: me alegra veros a todos de nuevo por aquí, y sobre todo, tan atentos. Es para mí un placer volver a presentar otra edición de Intruders, con la certeza de que cuento con toda vuestra atención. ¡Incluso veo caras nuevas! Dado el número de lectores que nos visitaron durante la publicación de Intruders 9, y conscientes de lo mucho que esperan ahora de nosotros, todo el equipo ha trabajado duro para que esta edición esté a la altura de tan ilustre audiencia. Bienvenidos sean todos esos lectores nuevos; y a quienes ya nos conocéis, sólo puedo invitaros a que os pongáis cómodos y disfrutéis del presente Editorial. Intuyo que os va a gustar tanto como el anterior.

Disculpen mis lectores que en esta ocasión comience haciéndoles partícipes de un estado de ánimo personal y particular, pero he de manifestarlo sin más rodeos: ¡me habéis hecho tan feliz! He podido constatar cómo la Revolución que propuse entonces comenzó su andadura en la dirección apropiada, puesto que a principios de otoño vi surgir algunos nuevos proyectos, y he percibido bastante más movimiento del que venía siendo habitual. Me alegro de que mi llamamiento haya tenido el eco que yo esperaba. ¡A veces es necesario que se os pique en vuestro orgullo para que os pongáis en marcha! Es curioso cómo mi elogioso artículo sobre el fandom y sus habitantes, publicado en el número ocho, no obtuvo apenas resultado. Y lo mucho que os habéis movido después de que os exhortara a lo largo del editorial del número nueve. Está claro que lo que escuece, cura. ¿Será verdad eso de “la letra, con sangre entra”? Adorables, pero desconcertantes. Sea como sea, todo esto me transmite una energía increíble, lo que a su vez conlleva que mis ganas de seguir en la misma línea aumenten exponencialmente. Para mí, sois la gasolina que necesita el motor que mueve Intruders, y que me mueve a mí.

Entonces, ¿qué pasa en el slash cuando pasan cosas? A este respecto, y a modo de sucinto balance, expongamos el resultado que he observado. Encontramos dos tipos de reacciones iniciales como respuesta a dicha exhortación:

 

a) Constructiva y productiva - Con más o menos renuencia, captando mejor o peor el sentido de la Revolución, pero en todo caso, poniendo manos a la obra para tirar hacia delante. No puedo decir que en todos los casos se haya realizado una lectura correcta del Editorial, ni que las primeras reacciones hayan sido las más cívicas (no siempre, por supuesto: ha habido comportamientos verdaderamente ejemplares, téngase esto muy en cuenta). Supongo que estamos demasiado acostumbrados a la autocomplacencia, y cuando alguien pone el dedo donde duele, nos cuesta reconocer que el origen del dolor no es el dedo, sino la herida. Para este grupo, y porque con ellos se puede –y se debe- dialogar, hago la siguiente invitación: consideren el tema de este artículo, que nos ayudará a no olvidar qué es lo esencial a la hora de mantener un debate sobre cualquier cuestión. Pues bien, estas personas han tomado iniciativas en distintas direcciones y con diversas intenciones, que constituyen un avance sobre el inmovilismo anterior. Ya están pedaleando en la dirección apropiada, y a día de hoy podemos congratularnos de tener más recursos en el fandom. Bien por quienes, estando o no de acuerdo conmigo, hayáis comenzado nuevos proyectos. Ganáis vosotros, ganan todos los demás proyectos, ganan las lectoras de slash, gana el fandom, gana Intruders y gano yo.

 

Empezamos bien. Pero ojo, que la culpa la tiene Kevin Smith y su Dogma, no yo.

 


b) Pataleta.com - O también: La gañanada del día. Frente a quienes objetaron puntos concretos del Editorial, pero pese a todo se movieron -e incluso llegaron a rectificar posteriormente dichas objeciones-, existe otro sector destructivo, vandálico, ombliguero, infantil, eternamente autoreferencial y profundamente cansino, propenso a la despreciable escandalera y al insulto personal porque sí. Pequeñas, débiles y cobardes, porque liarla en manada desde detrás de un ordenador es barato y fácil, y dice bastante acerca de los arrestos de quien ejerce tal cosa. Me consta que leer y escribir sí que saben, pero ignoro si conocen el resto de rudimentos de la vida civilizada (mira que lo dije: que aquí hay que venir educados de casa). De lo que estoy segura es de que el victimismo en fandom vende, ya lo creo que vende, y venderá mientras haya quien lo compre; como venden el sentimentalismo y la llorera (importante: no confundir sentimentalismo con sentimientos). Estas son las motos que se venden por aquí, y las que la gente compra. Pero eso no nos hace avanzar en ninguna dirección. Nada bueno y duradero nace desde el odio. Así que no os cuento ya si surge desde el berrinche o la pataleta, que son mucho más pequeños y mucho menos respetables. Decía Erasmo de Rotterdam: “Es un honor ser vituperado por la estulticia”. Porque si los necios nos elogian, es que algo va mal en nuestra vida. La difamación y el insulto público constituyen una completa pérdida de energías y tiempo, que degrada a quien lo practica y deteriora nuestra imagen como colectivo. Cosa que a estos gloriosos elementos les da parecidamente igual mientras con sus acciones logren captar la atención que necesitan para sobrevivir en el fandom. Aunque nada de lo sucedido me extraña, porque al fin y al cabo, les hemos visto toreando en peores plazas. Transigiendo con este tipo de manifestaciones, y transigiendo con la barbarie perdemos todos: el fandom y ellos.

 

Quod Natura non dat, Salmantica no praestat.

 


Invito a este segundo grupo a seguir dedicándose a lo que sea que estuvieran haciendo antes. Dudo mucho de que lo que vayan a leer aquí les aporte nada. Ya que desde ahora, mis palabras van dirigidas al primer grupo: a ellos y a quienes creen en el predominio de la razón sobre la destrucción. Permítanme mis lectores que en esta oportunidad no hable del fandom en términos generales, sino en nombre de mi propio gremio, es decir, el de los productores o promotores del fandom. Damas y caballeros del slash que antes y ahora contribuyeron poco o mucho, continuamente o a intervalos, pero contribuyeron, que es lo importante. Todos producimos: productor es tanto la persona que pone una pequeña comunidad en un rincón de LJ como quien lleva una página de renombre. Promotor es quien moviliza a un sector para hacer una quedada con un mínimo de organización. También producen las autoras, las traductoras y las fanartistas, cuando se hace por el interés común, o simplemente como una vía de expresión personal. Todo ello desde la legalidad y el civismo que tienen que caracterizar a todos los que quieran representar a un colectivo. Por ellos, y por aquellos que desde los comienzos de nuestra andadura en nuestros respectivos fandom slash han aportado su tiempo y esfuerzo para que tuviéramos más y mejor, redacto estas líneas.

Aprovecho para agradecer la correspondencia enviada por nuestras lectoras, algunas objetando algún punto, otras consultando dudas y otras proponiendo futuras actividades, todas con amabilidad y educación. Aclararé dichas dudas a lo largo de este Editorial.

 


Damas y caballeros son los propietarios y administradores de medios slash. Algunos de ellos empiezan ahora su camino. ¿Qué puedo recomendaros, después de tres años y diez números de Intruders? No quiero extenderme mucho, porque mi intención es que este Editorial toque sólo puntos fundamentales. Por eso, os dejo una serie de reflexiones útiles para quienes somos pequeños emprendedores en este diminuto espacio que es el ámbito slash hispanohablante. Estas han sido mis guías durante estos tres años, y espero que a vosotros os sean tan útiles como lo han sido para mí:

• Los proyectos fracasados estaban llenos de directivos imprescindibles. Aprende a delegar.

• Toma decisiones con la cabeza y ejecútalas con el corazón.

• Los problemas son desafíos y oportunidades para mejorar.

• Nunca hay que rendirse, aunque sea por tu equipo.

• Nunca se ha escrito nada de los cobardes.

• La bondad es un boomerang: si la das, al regresar se cuadruplica.

• Si un proyecto quiere tener su futuro asegurado, debe invertir en innovación, empeño y coraje, y asumir riesgos.

• Los errores son humanos y hay que equivocarse de vez en cuando. No pasa nada.

• No eres gerente: estás de gerente.

• Trabaja para mejorar tu entorno.


En cuanto a los problemas que se convierten en oportunidades, pienso que es bueno advertir que es posible que encontréis ciertos obstáculos en vuestro camino, comunes a todos los que llevamos adelante algún proyecto. Estad preparados para asumirlos y superarlos.

Porque a veces, dirigir un proyecto de cierta importancia es emocionante, pero en muchas ocasiones constituye prácticamente un deporte de riesgo. Cuando hablo con algunos administradores de medios relevantes (tanto en slash, como en gen, o incluso fuera del entorno slash, esto es, adentrándonos en otros sectores frikis) coincidimos en que el día que no te wankean, es porque te han plagiado, o porque alguien de tu propio equipo ha resultado problemático, o porque… podría exponer mil causas por las que cada año hay un proyecto menos y un hueco más. La patronal friki tiende a quemarse con rapidez, y una vez más, es un problema cuya repercusión más inmediata es que las lectoras y usuarias son las primeras que salen perdiendo, porque se quedan sin lugares de lectura y esparcimiento eslasero.

Por no mencionar que existe una especie de… mitología, podríamos llamarlo, sobre la figura del administrador, especialmente cuando se trata de un medio popular. No he visto un solo caso en el que individuos desconocidos no presuman de saber mil detalles escabrosos y rocambolescos sobre tal o cual director de proyecto o propietario de página, que por supuesto, son ciertísimos y bien documentados porque se lo ha dicho “la amiga de una amiga, que conoce a Fulano de Tal”. Mientras que Fulano de Tal no sabe ni que tales personas existen. Dicha mitología nunca aporta datos positivos, antes bien, extiende una leyenda negra que no por aparentemente inverosímil resulta menos creíble por el/la Einstein de turno que se presta a escucharla y darle crédito.

He llevado a cabo una pequeña encuesta entre compañeros de gremio y el resultado es que los Grandes Clásicos de la Mitología Friki, aplicados a la "patronal friki" o sector de la producción, son los siguientes y -ATENCIÓN- en todas las ramas del frikismo, sea slash o de cualquier otra tendencia:

-Es un incompetente que no sabe hacer prosperar ni una caja de gusanos de seda (especial comunidades)
-Es tiránico, cruel y prácticamente el Hitler de su barrio (cuando hay equipo que dirigir)
-Es frío y distante (cuando hay trato directo con lectores y/o visitantes)
-Es borde con sus visitantes y aplica las normas de forma arbitraria (esto le cae más a los que llevan foros)
-Roba material de las páginas “rivales” (muy habitual en páginas gen)
-Conjeturas diversas sobre la calidad moral, conducta personal, ideología, convicciones religiosas, tendencias sexuales, ascendencia familiar, intenciones futuras en fandom, fuera de fandom y estilo de vida (esto nos pilla a todos sin excepción, aunque suele aplicarse el apañado resumen: “Es que Fulano de Tal no tiene vida”).

Y como sigamos con esta dinámica, a los que producimos sólo nos va a quedar ponernos en alguna parte aquello de "Yo maté al A&R de Sony" que cantaban Los Planetas.

Esta sarta de despropósitos no revela sino que existe una fuerza muy poderosa que mueve al fandom: la competitividad. Junto a otras no menos poderosas como la creatividad y las ganas de compartir lo que sabemos hacer, por supuesto. Pero aquella está ahí y no puede negarse. Lo que pienso es que ya es triste tener que competir por algo que no reporta ni dinero, ni prestigio en la vida real, y de lo que no puedes presumir ante nadie. Que no te convierte en otra persona, por mucho que lo deseáramos. Cerramos el ordenador y seguimos siendo... las de siempre. Como cura de egos deficitarios, el fandom no es la solución idónea.

Problema: por el momento no hay nada ni nadie que ponga freno a tanta tontería, porque es regla ineludible de Fandomium que cuanto más descabellado sea el rollo, más crédito se le confiere. Sin más. Véase un ejemplo:

 

Esos mensajes que aparecen en las bandejas de entrada de los correos electrónicos hablandoos de rolex, viagra, tsunamis, gente que pide ayuda urgente en letras mayúsculas y ofrece alargadores de pene se llaman "Spam", entran en la categoría de "cosas chuscas que te pueden pasar en internet" y tampoco hay que creérselos.

 

 

 

Vean nuestras lectoras si no es entretenido esto de dirigir un proyecto. Cuando se lleva algún tiempo en el “oficio”, resulta que hay una caterva de personas con quienes no has cruzado una palabra en tu vida, que conocen unos detalles impresionantes sobre ti y tu devenir vital, fandómico y eslasero, con pelos y señales, e incluso se adentran en el terreno de la especulación personal. El “todo el mundo sabe que…” lo utilizan siempre, pero, ¿quién es “todo el mundo”? ¿Y cómo lo saben, si la realidad es que no solemos prodigarnos demasiado en público, y nuestras amistades, aquellas a quienes puedes confesarles temas relativos a nuestra gestión, o detalles de tu existencia, son muy pocas? Tal vez sea esa la raíz del problema. No conozco muchas administradoras de proyectos relevantes que gasten demasiado de su tiempo en apariciones y explicaciones públicas de nada: ni de su vida, ni de lo que piensan, ni de lo que van a hacer. Somos un gremio discreto y dado a emplear el tiempo… en lo que bajo mi humilde parecer, hay que emplearlo. Y claro está, lo que no se conoce, produce inquietud. Estamos hechos para hallar sentido a lo que nos rodea, y no llevamos bien el horror vacui, la falta de información, los huecos por rellenar. ¿Quién es ese Fulano de Tal, que lleva Tal Página, que está allá lejotes, y de quien apenas se sabe nada? A partir de ahí se pone en marcha la máquina de inventar mitología friki. Que casi nunca toma signo positivo.

Que lo anterior no desanime a quien emprende ahora su trayectoria como administradora. Esto es lo que se encontrará en un futuro, a años vista del nacimiento de su medio, siempre que éste revista la suficiente importancia. Lo cual cabe tomarse, en cierto modo, como un honor. Cuando estas manifestaciones residuales de la envidia nos rodean, es que algo estamos haciendo muy bien. Asúmanlo como me aconsejaron en su momento: “forma parte de quién eres y lo que eres aquí”.

 

 

 

 

Damas y caballeros son quienes integran o van a integrar vuestros proyectos. Vuestros y nuestros colaboradores. El principal activo de un proyecto no son ni sus recursos, ni su directiva, ni siquiera el material que presenta, por muy bueno que sea todo. El capital fundamental, la base sobre la que váis a construir es vuestra gente. Este es un aspecto a menudo descuidado cuando se habla de proyectos, y sobre el que llegados a este punto, quisiera poner el acento.

En realidad, Intruders tiene un gran componente de mecanismo cazatalentos: se localiza allí dónde esté y se le cede un espacio para expresarse. Cuando descubrí el slash caí en la cuenta de que si queríamos, podíamos llegar a ser un movimiento cultural; pero se necesitaba base, y que un sentido de dignidad envolviera nuestras manifestaciones. Lo que se viene llamando amor propio. Si los demás nos tenían que considerar como artistas, como un sector creativo dentro de la cultura contemporánea, y no sólo como fangirls, teníamos que empezar por nosotras mismas. Valorarnos como tales artistas, y por la parte que me tocaba, yo debía intentar ofrecer un soporte adecuado para proyectarlo.

Una lectora me preguntaba cómo funciona Intruders. En lo tocante a Gerencia, resumiré mucho diciendo que todas las decisiones se toman de acuerdo por una junta directiva. Tomo muy pocas decisiones sin consultarlas con el resto de la junta, incluso lo que se refiere al trato con nuestro equipo. De mi experiencia surge la convicción de que necesitamos estar atentos a quienes nos presentan ideas nuevas, y alternativas a nuestra línea habitual de conducta. Pueden ser la clave para dar un rumbo diferente a lo que en principio podría llegar a ser “lo de siempre”. Igualmente, abrámonos de ojos y orejas ante quien nos corrige: yo suelo considerarlas “soluciones gratis”, es decir, una solución que viene a mí sin haber tenido que buscarla. Desconfiad de los pelotas. Si os rodeáis de seres que se arrastran a vuestros pies estáis abocados al fracaso. Una persona aconsejada por gente que parece el perrito de la parte de atrás del coche, ese que mueve la cabeza continuamente de arriba a abajo, acabará haciendo y diciendo muchas burradas. Lo he visto en fandom y en vida real. He tenido la suerte de haber podido rodearme de personas cuya formación y calidad humana destacan dentro del colectivo slash hispanohablante, lo cual es imprescindible para que Intruders tenga éxito. Decía David Ogilvy, uno de mis ídolos, que “si contamos con personas menos capaces que nosotros mismos, nos convertiremos en una empresa de enanos. Pero si buscamos personas mejores que nosotros, pronto seremos una compañía de gigantes”.

Sin entrar en temas de administración y procedimiento interno, francamente aburridos, precisaré que el motor que mueve Intruders es su equipo. Yo siempre digo que tengo dos familias: mi familia “real” y mi familia de Intruders. Cuando una persona entra de nuevas me gusta conocerla bien. Saber quienes son, qué hacen, qué estudian o han estudiado, a qué se dedican, y cuales son sus aspiraciones en el fandom. Y en cuanto a Intruders, para mí es importante saber qué tarea quieren realizar, y qué se adapta mejor a sus habilidades. Es esencial que todas ejerzamos una tarea acorde a nuestras aptitudes y situación en la vida real. Tenemos varios departamentos, y para integrarse en ellos no es imprescindible saber dibujar, traducir o escribir porque se puede llevar a cabo una tarea utilísima en administración o documentación, por ejemplo. En cuanto a traducción, es el departamento más amplio, y el que precisa mayor atención por su diversidad y trasiego de información. Naeh y yo procuramos que lo que traduzcan coincida con sus intereses, tanto en la programación regular de cada número como en proyectos independientes (Transfiguraciones, IYAP, etc). Antes de ubicar a alguien pregunto su pairing favorito, lo qué están dispuestas a traducir, así como lo que no traducirían ni bajo pena de muerte. Según eso, se reparte una cosa u otra. Vengo llevando a cabo este curso de acción desde el número uno, y nos funciona bastante bien (en un 99.9%). ¿Motivos? Todas nos desempeñamos mejor en lo que nos gusta. Esto es ocio, y como tal tenemos que vivirlo. Además, favorece la proximidad con las lectoras. ¿No es mejor saber que el fic de tu pairing favorito ha sido traducido por alguien con tus mismos gustos?

Trabajar en equipo, dicho sea de paso, no es tarea fácil. Hay que valer para ello. No todo el mundo es apto para integrarse en un equipo y asumir que además de pasarlo bien, también tenemos una responsabilidad, y que ante todo hay que cumplir con ella, por respeto a los que nos rodean. Todas tenemos que colaborar en situación de igualdad: en un equipo que quiere lanzar un proyecto a largo plazo, de la índole que sea, tienen futuro quienes entienden que su presencia y su trabajo son tan válidos como el de la compañera que tiene a su lado. Nadie es más ni menos que nadie, y ahí radica, pienso yo, parte de nuestra fuerza, que no es otra que reconocer que no hay personas diferentes, ni tareas más o menos importantes, sino ocupaciones distintas.

Aprovecho para rendir homenaje a quienes dentro de un equipo desarrollan tareas “internas” o de menos lucimiento, tales como compañeras de documentación, moderadoras, etc. No suelen ser mencionadas ni recordadas. Me dí cuenta de ello cuando al colocar los links a comentarios de material del número anterior me quedé preguntándome: ¿y quién le comenta a nuestro psicólogo, o a nuestro asesor legal, o a las compañeras de Recursos Humanos…? Para ellos no hay link, pero quiero que sepáis que en Intruders hay personas cuya labor es fundamental para todo el equipo, y merece ser reconocida. Si no hay personal en Documentación, cosas como componer artículos y presentar noticias nos sería mucho más arduo. En RRHH se ocupan de que nuestra pequeña familia esté bien atendida y sea feliz, estando al tanto de sus necesidades y proponiendo actividades off-Intruders. En Gestión y Administración se llevan a cabo tareas grises, muy grises, pero cuyo resultado es que Intruders tenga vida y color. Acordaos de estas compañeras, y compañeros, cuando leáis Intruders, y molestaros en echar un vistazo a nuestra sección de Staff. Están ahí, y sin ellos, tampoco existiríamos.

 

(...la verdad es que aquí la que manda es ella...)

 

 

Es muy enriquecedor y gratificante sentirse parte de algo: somos gente unida por un propósito, como una maquinaria que funciona en sincronía. Hemos compartido objetivos y experiencias a lo largo de estos tres años de vida de Intruders.

 

 

 

 

Finalizo el presente Editorial mencionando que lo que me habéis transmitido, con inusitada fuerza, es el poder que tienen unas simples palabras. Por supuesto que soy radical, y esa radicalidad hace que la gente se movilice. En relación al Editorial del número nueve sólo puedo invitaros a que os fijéis en cómo un sencillo texto puede movilizar a tanta gente. En un sentido o en otro, positivo o no tan positivo, pero de movimiento estamos hablando. ¿No es sorprendente? Quién me iba a decir a mí que ibais a ser tan receptivos a unas líneas escritas en un rincón de Intruders. Supongo que a estas alturas, Intruders cumple función de punto de reunión de todo el fandom, según deduzco del mensaje que implícitamente me habéis transmitido vosotros, y sólo vosotros. ¡Que interesante! ¡Y qué bonito! Me habéis conmovido. Estoy francamente impresionada. En agradecimiento a tanta atención, desde aquí os prometo más editoriales tan vibrantes como los nueve anteriores; de esos que hacen que para mí valga la pena dedicarles tiempo a la hora de escribirlos, y para vosotros, leerlos. Tendréis más de lo mismo, porque vosotros lo habéis querido.

Y cómo no, animo a quienes lleven poco tiempo en la dirección de nuevos proyectos a que persistan en la tarea. Sed valientes y sed íntegros: nunca me cansaré de repetíroslo. Vivir como cobardes no tiene sentido. Si a lo largo de vuestro devenir os enfrentáis a los naturales obstáculos de nuestra tarea, no desistáis. Un revolucionario de verdad está dispuesto a luchar por aquello en lo que cree. De otra forma no es más que un exaltado de salón. La oposición debe serviros para daros un motivo más para seguir, y lo que os indica que estáis en lo correcto. ¿Encontráis resistencia? Buena señal: eso es que vais bien. En una ocasión, el general San Martín le dijo a otro mando que se quejaba de lo duro de la lucha que llevaban en curso: “¡Ánimo! Para los hombres de mérito se han hecho las empresas”. Y ahora os lo recuerdo yo a vosotras. Pero sobre todo, invitad a los demás a reflexionar sobre todo lo que ocurre a su alrededor: tenemos la obligación de observar y dudar, de plantear nuevos caminos y ofrecer soluciones. Razonad, pensad por vosotros mismos, sed libres y no aceptéis amos. Sed uno de esos hombres flacos de los que hablaba Julio Cesar, esos que menciona el maestro Pérez-Reverte al final de su artículo. Quitadles el sueño, una y otra vez, y haced que griten. No dejéis de recordadles con vuestra presencia y vuestras palabras que el que no se atreve siquiera a razonar es un esclavo.

 

Hoigan ke me an dicho q hademaz no duele!

 

 

 

En Intruders estamos viviendo nuestro mejor momento, y esperamos veros avanzar a la par. Porque para nosotros, cada vez es mejor: más emocionante, lleno de matices que antes no existían y que hacen que seguir adelante se vuelva cada vez más apasionante. No sé qué sucederá en los meses venideros, pero no pienso perdérmelo por nada del mundo; y espero que estéis allí con nosotros, celebrando lo que hemos logrado en estos tres años y diez números. A quienes habéis empezado a crear nuevos medios durante este otoño: me encantará ver qué hacéis a partir de ahora. ¿Qué pasará con todos los recursos que acaban de nacer? ¿Hacia dónde se dirigirán? ¿Qué rumbo tomaréis, como habitantes de Fandomium? Recordad que lo que hagáis, lo hacéis por vosotros, por vuestro futuro en el slash. Quiero ver cómo avanzáis, y me muero por saber hacia dónde. No dejéis que me aburra (que luego pasa lo que pasa).

 

Fanfiquera desmiembraespañas-editorialista sin vida propia moralmente indecente, políticamente explosiva e intelectualmente ultraviolenta intentando entretenerse un viernes por la tarde después de comprobar que la "nueva" comunidad que acaba de surgir es otra vez de retos y sobre el pairing de siempre.

 

 

No quisiera cerrar este Editorial sin rendir mi pequeño homenaje a quienes dentro del sector de la producción fandómica ejercen al mismo tiempo una labor productiva en su "vida real". A las profesionales que hacen un esfuerzo por compatibilizar su trabajo, su oficio, su profesión, con el desempeño de otra responsabilidad en el mundo del slash. Es un doble esfuerzo, pero los resultados se notan. Es muy sintomático que el papel que se adopta en fandom depende en buena medida de lo rica y productiva que sea nuestra vida personal y laboral fuera de él, y el nivel de resposabilidad que se sabe asumir aquí, así como la "presencia" que se proyecta. Consciente de ello, y también de lo mucho que dan de sí mismas estas personas, dentro de ese doble esfuerzo, vaya desde aquí mi aplauso y agradecimiento.

El año nuevo nos plantea nuevos retos, si queremos afrontarlos. En 2010 quisiera ver cosas diferentes: os pido que no dejéis de innovar en ningún momento. Estoy segura de que podéis. ¡Hacedlo! Comenzamos dentro de poco un nuevo año, la época perfecta para renovar buenos propósitos. Así pues, y en vista de la atención que se suele prestar a este editorial -la que vosotros mismos me habéis otorgado-, sólo me resta felicitaros la Navidad, el Año Nuevo y finalmente, deciros dos palabras:


Empezad ya.