• La violencia es el último recurso
del incompetente.
Sir Isaac Asimov.
•
Nada tan peligroso como una idea amplia en cerebros estrechos.
Hipólito Taine.
• Las
disputas son para el vulgo y para los esclavos.
Hipatia de Alejandría, en Ágora, de Alejandro
Amenazar
Damas y caballeros: me alegra veros a todos de nuevo por aquí,
y sobre todo, tan atentos. Es para mí un placer volver a presentar
otra edición de Intruders, con la certeza de que cuento con
toda vuestra atención. ¡Incluso veo caras nuevas! Dado
el número de lectores que nos visitaron durante la publicación
de Intruders 9, y conscientes de lo mucho que esperan ahora de nosotros,
todo el equipo ha trabajado duro para que esta edición esté
a la altura de tan ilustre audiencia. Bienvenidos sean todos esos
lectores nuevos; y a quienes ya nos conocéis, sólo puedo
invitaros a que os pongáis cómodos y disfrutéis
del presente Editorial. Intuyo que os va a gustar tanto como el anterior.
Disculpen mis lectores
que en esta ocasión comience haciéndoles partícipes
de un estado de ánimo personal y particular, pero he de manifestarlo
sin más rodeos: ¡me habéis hecho tan feliz! He
podido constatar cómo la Revolución que propuse entonces
comenzó su andadura en la dirección apropiada, puesto
que a principios de otoño vi surgir algunos nuevos proyectos,
y he percibido bastante más movimiento del que venía
siendo habitual. Me alegro de que mi llamamiento haya tenido el eco
que yo esperaba. ¡A veces es necesario que se os pique en vuestro
orgullo para que os pongáis en marcha! Es curioso cómo
mi elogioso artículo sobre el fandom y sus habitantes, publicado
en el número ocho, no obtuvo apenas resultado.
Y lo mucho que os habéis movido después de que os exhortara
a lo largo del editorial del número nueve. Está claro
que lo que escuece, cura. ¿Será verdad eso de “la
letra, con sangre entra”? Adorables, pero desconcertantes. Sea
como sea, todo esto me transmite una energía increíble,
lo que a su vez conlleva que mis ganas de seguir en la misma línea
aumenten exponencialmente. Para mí, sois la gasolina que necesita
el motor que mueve Intruders, y que me mueve a mí.
Entonces, ¿qué
pasa en el slash cuando pasan cosas? A este respecto, y a modo de
sucinto balance, expongamos el resultado que he observado. Encontramos
dos tipos de reacciones iniciales como respuesta a dicha exhortación:
a) Constructiva
y productiva - Con más o menos renuencia, captando
mejor o peor el sentido de la Revolución, pero en todo caso,
poniendo manos a la obra para tirar hacia delante. No puedo decir
que en todos los casos se haya realizado una lectura correcta del
Editorial, ni que las primeras reacciones hayan sido las más
cívicas (no siempre, por supuesto: ha habido comportamientos
verdaderamente ejemplares, téngase esto muy en cuenta). Supongo
que estamos demasiado acostumbrados a la autocomplacencia, y cuando
alguien pone el dedo donde duele, nos cuesta reconocer que el origen
del dolor no es el dedo, sino la herida. Para este grupo, y porque
con ellos se puede –y se debe- dialogar, hago la siguiente invitación:
consideren
el tema de este artículo, que nos ayudará
a no olvidar qué es lo esencial a la hora de mantener un debate
sobre cualquier cuestión. Pues bien, estas personas han tomado
iniciativas en distintas direcciones y con diversas intenciones, que
constituyen un avance sobre el inmovilismo anterior. Ya están
pedaleando en la dirección apropiada, y a día de hoy
podemos congratularnos de tener más recursos en el fandom.
Bien por quienes, estando o no de acuerdo conmigo, hayáis comenzado
nuevos proyectos. Ganáis vosotros, ganan todos los demás
proyectos, ganan las lectoras de slash, gana el fandom, gana Intruders
y gano yo.
Empezamos
bien. Pero ojo, que la culpa la tiene Kevin Smith y su Dogma,
no yo.
b) Pataleta.com - O también: La gañanada
del día. Frente a quienes objetaron puntos concretos del
Editorial, pero pese a todo se movieron -e incluso llegaron a rectificar
posteriormente dichas objeciones-, existe otro sector destructivo,
vandálico, ombliguero, infantil, eternamente autoreferencial
y profundamente cansino, propenso a la despreciable escandalera y
al insulto personal porque sí. Pequeñas, débiles
y cobardes, porque liarla en manada desde detrás de
un ordenador es barato y fácil, y dice bastante acerca de los
arrestos de quien ejerce tal cosa. Me consta que leer y escribir
sí que saben, pero ignoro si conocen el resto de rudimentos
de la vida civilizada (mira que lo dije: que aquí hay que venir
educados de casa). De lo que estoy segura es de que el victimismo
en fandom vende, ya lo creo que vende, y venderá mientras haya
quien lo compre; como venden el sentimentalismo y la llorera (importante:
no confundir sentimentalismo con sentimientos). Estas son las motos
que se venden por aquí, y las que la gente compra. Pero eso
no nos hace avanzar en ninguna dirección. Nada bueno y duradero
nace desde el odio. Así que no os cuento ya si surge desde
el berrinche o la pataleta, que son mucho más pequeños
y mucho menos respetables. Decía Erasmo de Rotterdam:
“Es un honor ser vituperado por la estulticia”. Porque
si los necios nos elogian, es que algo va mal en nuestra vida.
La difamación y el insulto público constituyen una completa
pérdida de energías y tiempo, que degrada a quien lo
practica y deteriora nuestra imagen como colectivo. Cosa que a estos
gloriosos elementos les da parecidamente igual mientras con sus acciones
logren captar la atención que necesitan para sobrevivir en
el fandom. Aunque nada de lo sucedido me extraña, porque al
fin y al cabo, les hemos visto toreando en peores plazas. Transigiendo
con este tipo de manifestaciones, y transigiendo con la barbarie perdemos
todos: el fandom y ellos.
Quod
Natura non dat, Salmantica no praestat.
Invito a este segundo grupo a seguir dedicándose a lo que sea
que estuvieran haciendo antes. Dudo mucho de que lo que vayan a leer
aquí les aporte nada. Ya que desde ahora, mis palabras van
dirigidas al primer grupo: a ellos y a quienes creen en el predominio
de la razón sobre la destrucción. Permítanme
mis lectores que en esta oportunidad no hable del fandom en términos
generales, sino en nombre de mi propio gremio, es decir, el de los
productores o promotores del fandom. Damas y caballeros del slash
que antes y ahora contribuyeron poco o mucho, continuamente o a intervalos,
pero contribuyeron, que es lo importante. Todos producimos: productor
es tanto la persona que pone una pequeña comunidad en un rincón
de LJ como quien lleva una página de renombre. Promotor es
quien moviliza a un sector para hacer una quedada con un mínimo
de organización. También producen las autoras, las traductoras
y las fanartistas, cuando se hace por el interés común,
o simplemente como una vía de expresión personal. Todo
ello desde la legalidad y el civismo que tienen que caracterizar a
todos los que quieran representar a un colectivo. Por ellos, y por
aquellos que desde los comienzos de nuestra andadura en nuestros respectivos
fandom slash han aportado su tiempo y esfuerzo para que tuviéramos
más y mejor, redacto estas líneas.
Aprovecho para agradecer
la correspondencia enviada por nuestras lectoras, algunas objetando
algún punto, otras consultando dudas y otras proponiendo futuras
actividades, todas con amabilidad y educación. Aclararé
dichas dudas a lo largo de este Editorial.
Damas y caballeros son los propietarios y administradores
de medios slash. Algunos de ellos empiezan ahora su camino. ¿Qué
puedo recomendaros, después de tres años y diez números
de Intruders? No quiero extenderme mucho, porque mi intención
es que este Editorial toque sólo puntos fundamentales. Por
eso, os dejo una serie de reflexiones útiles para quienes somos
pequeños emprendedores en este diminuto espacio que es el ámbito
slash hispanohablante. Estas han sido mis guías durante estos
tres años, y espero que a vosotros os sean tan útiles
como lo han sido para mí:
• Los proyectos fracasados
estaban llenos de directivos imprescindibles. Aprende a delegar.
• Toma decisiones
con la cabeza y ejecútalas con el corazón.
• Los problemas son
desafíos y oportunidades para mejorar.
• Nunca hay que rendirse,
aunque sea por tu equipo.
• Nunca se ha escrito
nada de los cobardes.
• La bondad es un
boomerang: si la das, al regresar se cuadruplica.
• Si un proyecto
quiere tener su futuro asegurado, debe invertir en innovación,
empeño y coraje, y asumir riesgos.
• Los errores son
humanos y hay que equivocarse de vez en cuando. No pasa nada.
• No eres gerente:
estás de gerente.
• Trabaja para mejorar
tu entorno.
En cuanto a los problemas que se convierten en oportunidades, pienso
que es bueno advertir que es posible que encontréis ciertos
obstáculos en vuestro camino, comunes a todos los que llevamos
adelante algún proyecto. Estad preparados para asumirlos y
superarlos.
Porque a veces, dirigir
un proyecto de cierta importancia es emocionante, pero en muchas ocasiones
constituye prácticamente un deporte de riesgo. Cuando hablo
con algunos administradores de medios relevantes (tanto en slash,
como en gen, o incluso fuera del entorno slash, esto es, adentrándonos
en otros sectores frikis) coincidimos en que el día que no
te wankean, es porque te han plagiado, o porque alguien de tu propio
equipo ha resultado problemático, o porque… podría
exponer mil causas por las que cada año hay un proyecto menos
y un hueco más. La patronal friki tiende a quemarse con rapidez,
y una vez más, es un problema cuya repercusión más
inmediata es que las lectoras y usuarias son las primeras que salen
perdiendo, porque se quedan sin lugares de lectura y esparcimiento
eslasero.
Por no mencionar que existe
una especie de… mitología, podríamos llamarlo,
sobre la figura del administrador, especialmente cuando se trata de
un medio popular. No he visto un solo caso en el que individuos desconocidos
no presuman de saber mil detalles escabrosos y rocambolescos sobre
tal o cual director de proyecto o propietario de página, que
por supuesto, son ciertísimos y bien documentados porque se
lo ha dicho “la amiga de una amiga, que conoce a Fulano de Tal”.
Mientras que Fulano de Tal no sabe ni que tales personas existen.
Dicha mitología nunca aporta datos positivos, antes bien, extiende
una leyenda negra que no por aparentemente inverosímil resulta
menos creíble por el/la Einstein de turno que se presta a escucharla
y darle crédito.
He llevado a cabo una pequeña
encuesta entre compañeros de gremio y el resultado es que los
Grandes Clásicos de la Mitología Friki, aplicados a
la "patronal friki" o sector de la producción, son
los siguientes y -ATENCIÓN- en todas las ramas del frikismo,
sea slash o de cualquier otra tendencia:
-Es un incompetente que
no sabe hacer prosperar ni una caja de gusanos de seda (especial comunidades)
-Es tiránico, cruel y prácticamente el Hitler de su
barrio (cuando hay equipo que dirigir)
-Es frío y distante (cuando hay trato directo con lectores
y/o visitantes)
-Es borde con sus visitantes y aplica las normas de forma arbitraria
(esto le cae más a los que llevan foros)
-Roba material de las páginas “rivales” (muy habitual
en páginas gen)
-Conjeturas diversas sobre la calidad moral, conducta personal, ideología,
convicciones religiosas, tendencias sexuales, ascendencia familiar,
intenciones futuras en fandom, fuera de fandom y estilo de vida (esto
nos pilla a todos sin excepción, aunque suele aplicarse el
apañado resumen: “Es que Fulano de Tal no tiene vida”).
Y como sigamos con esta
dinámica, a los que producimos sólo nos va a quedar
ponernos en alguna parte aquello de "Yo maté al A&R
de Sony" que cantaban Los Planetas.
Esta sarta de despropósitos
no revela sino que existe una fuerza muy poderosa que mueve al fandom:
la competitividad. Junto a otras no menos poderosas como la creatividad
y las ganas de compartir lo que sabemos hacer, por supuesto. Pero
aquella está ahí y no puede negarse. Lo que pienso es
que ya es triste tener que competir por algo que no reporta ni dinero,
ni prestigio en la vida real, y de lo que no puedes presumir ante
nadie. Que no te convierte en otra persona, por mucho que lo deseáramos.
Cerramos el ordenador y seguimos siendo... las de siempre. Como cura
de egos deficitarios, el fandom no es la solución idónea.
Problema: por el momento
no hay nada ni nadie que ponga freno a tanta tontería, porque
es regla ineludible de Fandomium que cuanto más descabellado
sea el rollo, más crédito se le confiere. Sin más.
Véase un ejemplo:
Esos
mensajes que aparecen en las bandejas de entrada de los correos
electrónicos hablandoos de rolex, viagra, tsunamis, gente
que pide ayuda urgente en letras mayúsculas y ofrece
alargadores de pene se llaman "Spam", entran en la
categoría de "cosas chuscas que te pueden pasar
en internet" y tampoco hay que creérselos.
Vean nuestras lectoras
si no es entretenido esto de dirigir un proyecto. Cuando se lleva
algún tiempo en el “oficio”, resulta que hay una
caterva de personas con quienes no has cruzado una palabra en tu vida,
que conocen unos detalles impresionantes sobre ti y tu devenir vital,
fandómico y eslasero, con pelos y señales, e incluso
se adentran en el terreno de la especulación personal. El “todo
el mundo sabe que…” lo utilizan siempre, pero, ¿quién
es “todo el mundo”? ¿Y cómo lo saben, si
la realidad es que no solemos prodigarnos demasiado en público,
y nuestras amistades, aquellas a quienes puedes confesarles temas
relativos a nuestra gestión, o detalles de tu existencia, son
muy pocas? Tal vez sea esa la raíz del problema. No conozco
muchas administradoras de proyectos relevantes que gasten demasiado
de su tiempo en apariciones y explicaciones públicas de nada:
ni de su vida, ni de lo que piensan, ni de lo que van a hacer. Somos
un gremio discreto y dado a emplear el tiempo… en lo que bajo
mi humilde parecer, hay que emplearlo. Y claro está, lo que
no se conoce, produce inquietud. Estamos hechos para hallar sentido
a lo que nos rodea, y no llevamos bien el horror vacui, la
falta de información, los huecos por rellenar. ¿Quién
es ese Fulano de Tal, que lleva Tal Página, que está
allá lejotes, y de quien apenas se sabe nada? A partir de ahí
se pone en marcha la máquina de inventar mitología friki.
Que casi nunca toma signo positivo.
Que lo anterior no desanime
a quien emprende ahora su trayectoria como administradora. Esto es
lo que se encontrará en un futuro, a años vista del
nacimiento de su medio, siempre que éste revista la suficiente
importancia. Lo cual cabe tomarse, en cierto modo, como un honor.
Cuando estas manifestaciones residuales de la envidia nos rodean,
es que algo estamos haciendo muy bien. Asúmanlo como me aconsejaron
en su momento: “forma parte de quién eres y lo que eres
aquí”.
Damas y caballeros
son quienes integran o van a integrar vuestros proyectos. Vuestros
y nuestros colaboradores. El principal activo de un proyecto no son
ni sus recursos, ni su directiva, ni siquiera el material que presenta,
por muy bueno que sea todo. El capital fundamental, la base sobre
la que váis a construir es vuestra gente. Este es un aspecto
a menudo descuidado cuando se habla de proyectos, y sobre el que llegados
a este punto, quisiera poner el acento.
En realidad, Intruders
tiene un gran componente de mecanismo cazatalentos: se localiza allí
dónde esté y se le cede un espacio para expresarse.
Cuando descubrí el slash caí en la cuenta de que si
queríamos, podíamos llegar a ser un movimiento cultural;
pero se necesitaba base, y que un sentido de dignidad envolviera nuestras
manifestaciones. Lo que se viene llamando amor propio. Si
los demás nos tenían que considerar como artistas, como
un sector creativo dentro de la cultura contemporánea, y no
sólo como fangirls, teníamos que empezar por nosotras
mismas. Valorarnos como tales artistas, y por la parte que me tocaba,
yo debía intentar ofrecer un soporte adecuado para proyectarlo.
Una lectora me preguntaba
cómo funciona Intruders. En lo tocante a Gerencia, resumiré
mucho diciendo que todas las decisiones se toman de acuerdo por una
junta directiva. Tomo muy pocas decisiones sin consultarlas con el
resto de la junta, incluso lo que se refiere al trato con nuestro
equipo. De mi experiencia surge la convicción de que necesitamos
estar atentos a quienes nos presentan ideas nuevas, y alternativas
a nuestra línea habitual de conducta. Pueden ser la clave para
dar un rumbo diferente a lo que en principio podría llegar
a ser “lo de siempre”. Igualmente, abrámonos de
ojos y orejas ante quien nos corrige: yo suelo considerarlas “soluciones
gratis”, es decir, una solución que viene a mí
sin haber tenido que buscarla. Desconfiad de los pelotas. Si os rodeáis
de seres que se arrastran a vuestros pies estáis abocados al
fracaso. Una persona aconsejada por gente que parece el perrito de
la parte de atrás del coche, ese que mueve la cabeza continuamente
de arriba a abajo, acabará haciendo y diciendo muchas burradas.
Lo he visto en fandom y en vida real. He tenido la suerte de haber
podido rodearme de personas cuya formación y calidad humana
destacan dentro del colectivo slash hispanohablante, lo cual es imprescindible
para que Intruders tenga éxito. Decía David Ogilvy,
uno de mis ídolos, que “si contamos con personas menos
capaces que nosotros mismos, nos convertiremos en una empresa de enanos.
Pero si buscamos personas mejores que nosotros, pronto seremos una
compañía de gigantes”.
Sin entrar en temas de
administración y procedimiento interno, francamente aburridos,
precisaré que el motor que mueve Intruders es su equipo. Yo
siempre digo que tengo dos familias: mi familia “real”
y mi familia de Intruders. Cuando una persona entra de nuevas me gusta
conocerla bien. Saber quienes son, qué hacen, qué estudian
o han estudiado, a qué se dedican, y cuales son sus aspiraciones
en el fandom. Y en cuanto a Intruders, para mí es importante
saber qué tarea quieren realizar, y qué se adapta mejor
a sus habilidades. Es esencial que todas ejerzamos una tarea acorde
a nuestras aptitudes y situación en la vida real. Tenemos varios
departamentos, y para integrarse en ellos no es imprescindible saber
dibujar, traducir o escribir porque se puede llevar a cabo una tarea
utilísima en administración o documentación,
por ejemplo. En cuanto a traducción, es el departamento más
amplio, y el que precisa mayor atención por su diversidad y
trasiego de información. Naeh y yo procuramos que lo que traduzcan
coincida con sus intereses, tanto en la programación regular
de cada número como en proyectos independientes (Transfiguraciones,
IYAP, etc). Antes de ubicar a alguien pregunto su pairing favorito,
lo qué están dispuestas a traducir, así como
lo que no traducirían ni bajo pena de muerte. Según
eso, se reparte una cosa u otra. Vengo llevando a cabo este curso
de acción desde el número uno, y nos funciona bastante
bien (en un 99.9%). ¿Motivos? Todas nos desempeñamos
mejor en lo que nos gusta. Esto es ocio, y como tal tenemos que vivirlo.
Además, favorece la proximidad con las lectoras. ¿No
es mejor saber que el fic de tu pairing favorito ha sido traducido
por alguien con tus mismos gustos?
Trabajar en equipo, dicho
sea de paso, no es tarea fácil. Hay que valer para ello. No
todo el mundo es apto para integrarse en un equipo y asumir que además
de pasarlo bien, también tenemos una responsabilidad, y que
ante todo hay que cumplir con ella, por respeto a los que nos rodean.
Todas tenemos que colaborar en situación de igualdad: en un
equipo que quiere lanzar un proyecto a largo plazo, de la índole
que sea, tienen futuro quienes entienden que su presencia y su trabajo
son tan válidos como el de la compañera que tiene a
su lado. Nadie es más ni menos que nadie, y ahí radica,
pienso yo, parte de nuestra fuerza, que no es otra que reconocer que
no hay personas diferentes, ni tareas más o menos importantes,
sino ocupaciones distintas.
Aprovecho para rendir homenaje
a quienes dentro de un equipo desarrollan tareas “internas”
o de menos lucimiento, tales como compañeras de documentación,
moderadoras, etc. No suelen ser mencionadas ni recordadas. Me dí
cuenta de ello cuando al colocar los links a comentarios de material
del número anterior me quedé preguntándome: ¿y
quién le comenta a nuestro psicólogo, o a nuestro asesor
legal, o a las compañeras de Recursos Humanos…? Para
ellos no hay link, pero quiero que sepáis que en Intruders
hay personas cuya labor es fundamental para todo el equipo, y merece
ser reconocida. Si no hay personal en Documentación, cosas
como componer artículos y presentar noticias nos sería
mucho más arduo. En RRHH se ocupan de que nuestra pequeña
familia esté bien atendida y sea feliz, estando al tanto de
sus necesidades y proponiendo actividades off-Intruders. En Gestión
y Administración se llevan a cabo tareas grises, muy grises,
pero cuyo resultado es que Intruders tenga vida y color. Acordaos
de estas compañeras, y compañeros, cuando leáis
Intruders, y molestaros en echar un vistazo a nuestra sección
de Staff. Están ahí, y sin ellos, tampoco existiríamos.
(...la
verdad es que aquí la que manda es ella...)
Es muy enriquecedor y gratificante
sentirse parte de algo: somos gente unida por un propósito,
como una maquinaria que funciona en sincronía. Hemos compartido
objetivos y experiencias a lo largo de estos tres años de vida
de Intruders.
Finalizo el presente Editorial
mencionando que lo que me habéis transmitido, con inusitada
fuerza, es el poder que tienen unas simples palabras. Por supuesto
que soy radical, y esa radicalidad hace que la gente se movilice.
En relación al Editorial del número nueve sólo
puedo invitaros a que os fijéis en cómo un sencillo
texto puede movilizar a tanta gente. En un sentido o en otro, positivo
o no tan positivo, pero de movimiento estamos hablando. ¿No
es sorprendente? Quién me iba a decir a mí que ibais
a ser tan receptivos a unas líneas escritas en un rincón
de Intruders. Supongo que a estas alturas, Intruders cumple función
de punto de reunión de todo el fandom, según deduzco
del mensaje que implícitamente me habéis transmitido
vosotros, y sólo vosotros. ¡Que interesante! ¡Y
qué bonito! Me habéis conmovido. Estoy francamente impresionada.
En agradecimiento a tanta atención, desde aquí os prometo
más editoriales tan vibrantes como los nueve anteriores; de
esos que hacen que para mí valga la pena dedicarles tiempo
a la hora de escribirlos, y para vosotros, leerlos. Tendréis
más de lo mismo, porque vosotros lo habéis querido.
Y cómo no, animo
a quienes lleven poco tiempo en la dirección de nuevos proyectos
a que persistan en la tarea. Sed valientes y sed íntegros:
nunca me cansaré de repetíroslo. Vivir como cobardes
no tiene sentido. Si a lo largo de vuestro devenir os enfrentáis
a los naturales obstáculos de nuestra tarea, no desistáis.
Un revolucionario de verdad está dispuesto a luchar por aquello
en lo que cree. De otra forma no es más que un exaltado de
salón. La oposición debe serviros para daros un motivo
más para seguir, y lo que os indica que estáis en lo
correcto. ¿Encontráis resistencia? Buena señal:
eso es que vais bien. En una ocasión, el general San Martín
le dijo a otro mando que se quejaba de lo duro de la lucha que llevaban
en curso: “¡Ánimo! Para los hombres de mérito
se han hecho las empresas”. Y ahora os lo recuerdo yo a
vosotras. Pero sobre todo, invitad a los demás a reflexionar
sobre todo lo que ocurre a su alrededor: tenemos la obligación
de observar y dudar, de plantear nuevos caminos y ofrecer soluciones.
Razonad, pensad por vosotros mismos, sed libres y no aceptéis
amos. Sed
uno de esos hombres flacos de los que hablaba Julio Cesar, esos que
menciona el maestro Pérez-Reverte al final de su artículo.
Quitadles el sueño, una y otra vez, y haced que griten. No
dejéis de recordadles con vuestra presencia y vuestras palabras
que el que no se atreve siquiera a razonar es un esclavo.
Hoigan
ke me an dicho q hademaz no duele!
En Intruders estamos viviendo
nuestro mejor momento, y esperamos veros avanzar a la par. Porque
para nosotros, cada vez es mejor: más emocionante, lleno de
matices que antes no existían y que hacen que seguir adelante
se vuelva cada vez más apasionante. No sé qué
sucederá en los meses venideros, pero no pienso perdérmelo
por nada del mundo; y espero que estéis allí con nosotros,
celebrando lo que hemos logrado en estos tres años y diez números.
A quienes habéis empezado a crear nuevos medios durante este
otoño: me encantará ver qué hacéis a partir
de ahora. ¿Qué pasará con todos los recursos
que acaban de nacer? ¿Hacia dónde se dirigirán?
¿Qué rumbo tomaréis, como habitantes de Fandomium?
Recordad que lo que hagáis, lo hacéis por vosotros,
por vuestro futuro en el slash. Quiero ver cómo avanzáis,
y me muero por saber hacia dónde. No
dejéis que me aburra (que luego pasa lo que pasa).
Fanfiquera
desmiembraespañas-editorialista sin vida propia moralmente
indecente, políticamente explosiva e intelectualmente
ultraviolenta intentando entretenerse
un viernes por la tarde después de comprobar que la
"nueva" comunidad que acaba de surgir es otra vez
de retos y sobre el pairing de siempre.
No quisiera cerrar este
Editorial sin rendir mi pequeño homenaje a quienes dentro del
sector de la producción fandómica ejercen al
mismo tiempo una labor productiva en su "vida real". A las
profesionales que hacen un esfuerzo por compatibilizar su trabajo,
su oficio, su profesión, con el desempeño de otra responsabilidad
en el mundo del slash. Es un doble esfuerzo, pero los resultados se
notan. Es muy sintomático que el papel que se adopta en fandom
depende en buena medida de lo rica y productiva que sea nuestra vida
personal y laboral fuera de él, y el nivel de resposabilidad
que se sabe asumir aquí, así como la "presencia"
que se proyecta. Consciente de ello, y también de lo mucho
que dan de sí mismas estas personas, dentro de ese doble esfuerzo,
vaya desde aquí mi aplauso y agradecimiento.
El año nuevo nos
plantea nuevos retos, si queremos afrontarlos. En 2010 quisiera
ver cosas diferentes: os pido que no dejéis de innovar en ningún
momento. Estoy segura de que podéis. ¡Hacedlo! Comenzamos
dentro de poco un nuevo año, la época perfecta para
renovar buenos propósitos. Así pues, y en vista de la
atención que se suele prestar a este editorial -la que vosotros
mismos me habéis otorgado-, sólo me resta felicitaros
la Navidad, el Año Nuevo y finalmente, deciros dos palabras:
Empezad ya.