—¡DESNUDOS!—gritó
un coro de voces.
—¡SILENCIO!—en
ese momento, Albus mostró cada fragmento del poderoso mago que era.
El Director paseó una severa mirada por la habitación llena
de chiquillos y profesores errantes—. Cada cien años, en Halloween,
una luna llena cae sobre Hogwarts, la segunda del mes de Octubre. No es
cualquier luna llena, sino una Luna de Espíritu, especial para aquellos
que guardan la celebración de Samhain (1).
Se concentra un gran poder mágico en la noche de Samhain, o Halloween,
que coincide con una Luna de Espíritu.
Harry comenzó
a frotar sus sienes mientras Albus lanzaba su cantinela. Estaba agotado.
La guerra contra Voldemor había terminado hacía tres meses
apenas, y Hogwarts había sufrido la peor parte del ataque final del
Señor Oscuro. Las protecciones habían sido severamente debilitadas,
haciendo de este ritual el único medio para devolverles nuevamente
su fortaleza total.
Debía
ser hecho esa noche entre todas las demás, cuando la magia estaba
en su punto más fuerte, sin condiciones ni excusas. No existían
otras opciones.
Se inclinó
contra el alféizar de la ventana y suspiró con frustración.
Quería… no, necesitaba saber la razón del enojo de Severus
hacia él. Su cáustico amante no le había hablado desde
antes de la Batalla Final, tres meses atrás. Había pasado
en coma las cinco semanas que siguieron a la batalla. Después de
despertar de su condición, Severus había estado inusitadamente
distante. Siempre que se le acercaba o intentaba hablar con él, el
oscuro hombre se alejaba o lo evitaba completamente.
Pero lo que le
había hecho más daño, fue encontrar que sus pertenencias
habían sido mudadas a las habitaciones vacías correspondientes
al profesor de Defensa. A Harry se le rompió el corazón. Se
sintió utilizado y desechado... justo como le había ocurrido
la mayor parte de su vida, hasta ese momento.
Albus sacó
el Sombrero Seleccionador y lo puso sobre su escritorio, taladrando a todos
los presentes con una mirada grave, ordenando sin palabras que guardaran
silencio mientras los ocho eran seleccionados para el ritual.
@@@@@@@@
Severus Snape
se encontraba parado en las sombras de la oficina del Director, observando
y escuchando. Observar la tristeza reflejada en el rostro de su amante,
y saber que era completamente culpable de ella, causaba una dolorosa opresión
en su pecho.
Él era
un Slytherin... no un Gryffindor. Escuchaba y observaba antes de tomar decisiones;
la precipitación no formaba parte de su naturaleza cautelosa. Pero
todo eso se había ido por la ventana, cuando Ron Weasley se había
acercado un día a él, mientras Harry todavía estaba
inconsciente, declarando que Harry y él habían estado manteniendo
una relación paralela, durante todo el tiempo que el joven de ojos
verdes había convivido con Severus en las mazmorras. Weasley había
enfatizado que Harry sólo había estado utilizando a Severus
para obtener el conocimiento que necesitaba para terminar la guerra.
El colmo había
sido cuando el detestable pelirrojo le había mostrado los Anillos
de Enlace Potter. En ese momento, su alma se había llenado de una
profunda ira, un sentimiento de traición que corrió tan profundamente,
que todo lo que podía sentir era dolor. Procesos más lógicos
y superiores de pensamiento fueron acallados. Todo lo que hizo después
de eso no fue otra cosa que la reacción al dolor, basada únicamente
en la emoción.
Había
sacado todas las cosas de Harry de sus habitaciones, alejando la calidez
que una vez las había llenado. Ahora, evitaba pasar más tiempo
del estrictamente necesario en sus aposentos. El daño había
sido hecho, cuando había visto a Harry encerrándose en si
mismo, emocionalmente devastado y psicológicamente abandonado. Severus
no podía encontrar la forma de reparar el daño ocasionado
y regresar a lo que eran. Había sido un completo tonto.
Estaba furioso
consigo mismo por no ver lo que había estado justo frente a él
todo el tiempo, mientras observaba como Harry rechazaba todos los intentos
del pelirrojo por tocarlo, por acercarse a él.
Harry nunca había
hecho las cosas que Weasley había dicho. No era esa clase de hombre.
Ni siquiera se había comportado de esa forma siendo un chico. Él
era sincero, comprensivo y amoroso. No ocultaba nada. Cuando daba su corazón,
lo entregaba completamente, sabiendo cuan precioso podía ser tener
alguien a quien amar y que lo amara. El haber perdido todo tan joven, y
crecido siendo abusado y descuidado por su propia sangre, había enseñado
eso al joven mago.
Severus tocó
su varita, lanzando puñales con los ojos al más joven de los
varones Weasley, y deseó sinceramente que hubiera alguna forma de
poder usar una imperdonable y salvarse de Azkaban.
@@@@@@@@
La atención de todos estaba centrada en el Sombrero Seleccionador,
mientras abría la solapa de su ala y comenzaba a cantar en su profunda
voz envejecida.
Una vez más,
la segunda luna llena cae en Samhain, para recolectar la magia del fin del
verano.
De dos en
dos los elegiré.
De dos en dos se colocarán.
De dos en dos lo prepararán.
Runas antiguas deberán ser hechas primero.
Magia antigua crecerá y girará.
Danza bajo la luna azul.
Canten las palabras y llamen a los dioses a bendecir esta noche.
Canten las palabras y llamen a las diosas a bendecir esta noche.
Día de Samhain.
Fin de los años.
Ciclo de vida.
Oscuridad y luz.
Noche y día.
Frío y calor.
Muerte y vida.
De dos en
dos reunirán su magia y traerán las murallas a la vida una
vez más.
Hogwarts
se erigirá nuevamente fuerte ante la oscuridad que lo amenaza.
El brillo
de la luz irradiará una vez más, llamando a la magia de los
jóvenes de regreso al hogar.
.......
¡Severus
Snape!
¡Harry
Potter!
.......
@@@@@@@@
—¡Ey! ¡Quería que fuéramos yo y Harry!
—Harry
y yo, Ron...—lo corrigió Hermione, con un suspiro asqueado.
La chica había
estado observando, sin intervenir, como Ron había estado tocando
y empujando a Harry, mientras que éste estaba claramente de duelo
por la pérdida de su amante. Tenía una mala sensación
acerca de todo el asunto. Ron siempre había dicho que él y
Harry deberían estar juntos; que eran perfectos el uno para el otro.
Draco y ella
habían discutido el tema y habían llegado a la conclusión
de que Ron sólo veía la fama de su amigo, no al hombre que
era.
El joven de ojos
verdes dejó de escuchar en cuanto el Sombrero Seleccionador mencionó
su nombre junto al de Severus. El día acababa de mejorar. Podía
sentir las emociones deslizándose de Severus. Siempre había
estado muy conectado con las emociones del oscuro hombre.
Iba a ser una
velada muy larga, reflexionó para sí, mientras medio escuchaba
las instrucciones de lo que tendrían que hacer esa noche.
Desnudo... ¡Desnudo...!
Iba a tener que pintar runas sobre el cuerpo desnudo de su ex—amante.
Sus emociones estaban desgarradas. Las Parcas realmente lo odiaban.
Realmente, realmente
lo odiaban.
¿Cómo
iba a tocar ese cuerpo y no... acariciarlo? Besarlo. Mordisquearlo. Gimió
internamente mientras frotaba su rostro con las manos.
@@@@@@@@
Severus estaba en el Infierno que él mismo había creado. El
toque de su ex—amante sobre su cuerpo desnudo, dibujándolo
con runas mientras los demás observaban. Manos que habían,
en el pasado, acariciado su piel con amor, sacando apasionados gritos de
sus labios. Ya podía sentir su pene erecto, latiendo ante el pensamiento.
Parado alto y orgulloso, apenas suplicando por ser lamido y consumido.
Mientras frotaba
su rostro con una mano, decidió, al tiempo que Harry se movía
junto al resto de los Elegidos, que sí, era definitivamente el Infierno.
—Severus,
¿vienes?—preguntó Harry, parado al lado de la puerta
de la Dirección, listo para salir con los demás.
Oh, demonios,
no había estado prestando atención. Así que se limitó
a sacudir la cabeza y seguir al amor de su vida por la puerta, saliendo
al pasillo y las escaleras. Caminaban hacia la parte más profunda
del castillo.
Se dirigieron
hasta las entrañas más profundas de Hogwarts, encontrando
el aire más viciado y polvoriento. Las telarañas más
tupidas cubrían todo el lugar. Severus se preguntó brevemente
si los hijos de Aragog habrían tomado residencia allí abajo.
Bufó suavemente cuando escuchó la voz de Weasley expresar
en voz alta un sentimiento similar.
—No lo
sé, comadreja, puede ser cierto—decía Draco en ese momento,
con una sonrisa malvada—. Hay telarañas bastante grandes. Un
hombre adulto podría ser atrapado fácilmente en ellas, sin
oportunidad de escapar.
—¿Por
qué no serían mariposas...?—se quejó el pelirrojo
suavemente.
Harry estalló
en carcajadas y el sonido caldeó el corazón de Severus.
—¿Dónde
vamos, Albus?—preguntó el profesor de Pociones, mientras se
detenían frente a unas grandes puertas de madera.
—Hogwarts
tiene agua de manantial. Se han usado por centurias para los baños
rituales. Y ahí es donde comenzaremos nuestro trabajo—el anciano
dio la vuelta, tocando la madera, apuntando a las pesadas puertas que se
abrieron lentamente. Una bocanada del olor de los minerales allí
concentrados salió y los rodeó. Cloruro, sulfuro y hierro.
Mientras entraban
en la habitación, Severus observó unos estanques de agua con
una capa de vapor sobre ellos.
—¿Dónde
inscribiremos las runas y prepararemos la poción?
—Todo será
hecho aquí. Mientras ustedes ocho ejecutan cada paso, los siete restantes
salmodiarán los cánticos antiguos necesarios para construir
las bases de las nuevas protecciones, que se entretejerán con los
restos de las viejas—Albus sacó de su túnica un ornamentado
reloj de bolsillo—. Es casi la hora. La luna empezará su ascensión
en el horizonte en aproximadamente diez minutos. En ese momento, ustedes
ocho entrarán en los baños. Cuando sea el tiempo, les avisaré
para que salgan y comiencen la inscripción con las runas.
Harry estaba
parado junto al estanque más alejado, quitándose la ropa,
cuando Severus se detuvo a su lado. Cuando la vieja camisa azul se deslizó
hacia el piso, el hombre vio por primera vez la dentada cicatriz, furiosamente
roja, que cruzaba el pecho del joven y bajaba hacia su estómago.“¿Él
debería estar aquí?”, se preguntó a sí
mismo.
Se paró
detrás y observó mientras Harry bajaba el cierre de sus jeans,
permitiéndoles deslizarse por sus piernas. Gimió. Seda verde.
Estaba llevando unos interiores de seda verde; unos realmente minúsculos.
Los favoritos de Severus. Su polla estaba muy interesada, hasta...
—Severus,
casi es la hora y todavía estás vestido. Por favor, no te
entretengas. Casi es la hora.
Sintió
como su pene aflojaba de inmediato al tiempo que su excitación desaparecía.
Sólo el Director diciéndole que se desnudara, podía
acallar el hilo de sus pensamientos sobre erecciones y sexo, y tan rápidamente.
Se desvistió
a toda prisa y se paró al lado de Harry, tan preparado como podía
para comenzar, a pesar de como se sentía.
@@@@@@@@
Albus estaba disfrutando. Severus finalmente se había dado cuenta
de lo que todos habían estado diciéndole. Que el Señor
Weasley era un mentiroso. Que Harry nunca hubiera hecho las cosas que el
otro había insinuado que hacía. Observaba las emociones en
los rostros de ambos, Severus y Harry. Sus emociones eran tan evidentes
para él, después de tantos años de estudiar a la gente.
Severus necesitaba darse cuenta que merecía el verdadero amor tanto
como cualquiera, y dejar de permitir que sus inseguridades sabotearan su
felicidad. Confiaba que, esa noche, el ritual reconstruiría y repararía
mucho más que las protecciones del castillo.
Cuatro personas
se pararon alrededor de cado una de los dos grandes estanques de vapor,
cuerpos pálidos, desnudos bajo la luz de las antorchas. Todos miraron
hacia adelante, máscaras de tranquila seriedad en sus rostros. Los
encargados de los cánticos se agruparon cerca de la puerta, preparados
para comenzar a entonar el hechizo, mientras viejos elfos domésticos
esperaban listos para asistir con túnicas, toallas, y los ingredientes
requeridos para la poción.
Albus se ubicó
en un punto estratégico entre los estanques, su mirada fija en el
ornamentado reloj de bolsillo en su mano. La cámara estaba completamente
en silencio, con excepción del burbujeo del agua, mientras todos
aguardaban su señal para comenzar el ritual.
—Desciendan
al agua... Ahora.
Juntos, los ocho
elegidos avanzaron para adentrarse en las vaporosas aguas, mientras los
otros siete comenzaban a salmodiar, armonizando sus voces. Voces que no
estaban solas, pues otras, tan antiguas como las piedras, se elevaban para
unirse con ellas en medio de la noche.
@@@@@@@@
Harry siseó cuando el agua hizo contacto con su nueva cicatriz. Todavía
dolía cuando la nueva piel tiraba firmemente. Severus extendió
una mano y lo estabilizó al notar que tropezaba ligeramente.
—¿Deberías
estar aquí?
—El sombrero
me eligió, Profesor.
Severus hizo
una mueca. Harry sólo lo llamaba profesor cuando estaba enojado o
dolido.
Ambos levantaron
sus toallitas del costado del estanque y comenzaron a lavarse.
—Él
tenía los Anillos Potter.
Harry dejó
caer su toallita, sobresaltado.
—¿Qué?
—El Señor
Weasley tenía los Anillos de Enlace Potter. Me dijo que le habías
pedido enlazarte con él una vez que la guerra terminara.
Harry apretó
los dientes. Le había tomado un año convencer al arisco hombre
de que no estaba tonteando con él. Que se planteaba en serio tener
una relación con un hombre mayor... este hombre mayor. Entonces,
Ron llegaba mientras él estaba en el hospital y destruía cuatro
años de cariñosas, maravillosas y hermosas experiencias con
su único amor verdadero.
—Severus,
al principio, prometí por mi magia... que si algún día
nos separábamos, sería de mutuo acuerdo. ¿Alguna vez
te di la impresión de que no era feliz? ¿O de que yo te estaba
usando?
—No—Severus
apartó los ojos, levantando la toallita de Harry del lugar donde
estaba flotando, sobre la cálida agua. Comenzó a lavar los
hombros y brazos del joven—. Me sentía abrumado... y tú
estabas herido e inconsciente.
Harry alargó
la mano y, con suavidad, recorrió con un dedo la pálida mejilla.
—Simplemente,
deberías haber confiado en mí.
—Eres consciente
de que la confianza nunca ha sido mi fuerte.
—Sí.
Pero después de cuatro años de relación entregada,
supuse que ya habrías logrado superar eso. Al menos en lo que a mí
se refería. Nunca deseé a nadie más que a ti, Severus.
—Por favor,
acepta mis sinceras disculpas por no conservar mi sensatez... y por herirte
tan profundamente. No sé que hacer para que nos reconciliemos, Harry.
En el otro estanque,
Ron lavaba distraídamente la espalda de Tonks, mientras observaba
a Harry y Severus por encima del hombro. Estaban hablando... amigablemente.
No. No se suponía que se hablaran uno al otro. ¡Tenía
que hacer algo! Apretó los dientes, lanzando dagas con la mirada
a la pareja, deseando silenciosamente que se alejaran.
—¡Ron!—siseó
Tonks en voz baja, mientras se giraba para verlo por encima del hombro—.
Has estado lavando el mismo punto de mi espalda durante los últimos
cinco minutos.
La voz del Director
se escuchó sobre los cánticos.
—Todos.
Es imperativo que mantengan su atención en lo que están haciendo,
para que el ritual tenga éxito. Piensen solamente en lavar sus cuerpos,
sus emociones—miró en dirección a Ron Weasley, quien
enrojeció fuertemente al ser atrapado—, y sus pensamientos.
Los cánticos
y el salpicar del agua, fueron los únicos sonidos que se escucharon
después de eso.
Harry se inclinó
hacia adelante mientras Severus continuaba sus atenciones con la toallita.
—Severus,
he estado tan solo—susurró en su oído—. Te extrañé.
Mi cuerpo te extrañó.
El hombre gimió
suavemente. Su cuerpo se tensó mientras sentía la toallita
en la mano de Harry, moverse hacia su espalda y desaparecer en el agua,
siguiendo la hendidura de su culo. Entonces, sintió que la toallita
exploraba un poco y daba en el blanco, antes de volver a subir por su cuerpo.
>>Hay que
asegurarse que estés limpísimo... en todas partes, Severus.
Harry le sonrió
tímidamente, observando como los ojos del pálido hombre se
dilataban al máximo y un ligero rubor coloreaba su piel. Se tocaron
y volvieron a conocerse, como si hubieran pasado tres años en lugar
de tres meses. Ambos estaban hambrientos del otro, y eso fue evidente mientras
continuaban lavándose uno al otro. Ante el toque íntimo de
Harry, Severus había recuperado completamente su excitación.
Oh, Merlín, ¿y si no podía lograr que bajara antes
que tuvieran que abandonar el estanque?
Sólo las
miradas de Tonks y la posible ira del Director, evitaron que Ron se zambullera
de un estanque al otro. Regresó a su tarea cuando sintió un
dedo clavándose en sus costillas.
@@@@@@@@
Remus estaba lavando el largo cabello de su amante, y observando a través
del espeso vapor mientras Harry y Severus hablaban. Podía escucharlos
claramente, gracias a sus sentidos de lobo. Las cosas finalmente estaban
regresando a donde tenían que estar. Pero Ron necesitaba aprender
una lección. No se engañaba al amor.
—Todo estará
bien, Mi Lobo. Harry y Severus son hombres inteligentes. Hemos ido demasiado
lejos al ganar esta guerra para que ahora nosotros, y ellos, vayamos a perder
todo por lo que ellos, y nosotros, hemos luchado—dijo Lucius, sonriendo
sobre su hombro a la pareja de cabello oscuro que estaba en el estanque
frente al que se encontraban Remus y él.
—Lo sé—el
licántropo se inclinó y le besó en la cabeza, mientras
ponía más poción limpiadora en los largos mechones
rubios. Respiró profundamente mientras la esencia a lavanda y manzanilla
asediaba su nariz.
@@@@@@@@
Draco enjuagó cuidadosamente la poción del largo y ondulado
cabello oscuro de su esposa. Ella había estado observando lo mejor
que podía, desde su estanque, mientras Harry y Severus se bañaban
y hablaban. No podía escuchar nada en realidad, pero observó
cuando Harry empezó a lavar al hombre mayor. Se giró hacia
Draco y le sonrió, radiante.
Ella era tan
bella. Brillando tan intensamente por el amor y el embarazo. La pequeña
hinchazón de su niño era tan maravillosa, y una bendición,
por una época en su vida en que había pensado que no podría
ser padre.
Ambos se giraron
cuando escucharon una risa profunda proveniente de Severus. Sí, las
cosas finalmente se habían vuelto a encarrilar.
@@@@@@@@
Albus observó las manos sobre su reloj de bolsillo y prestó
atención a los que le rodeaban.
—Salgan
de los estanques... Ahora, Elegidos. Hay toallas para ustedes. Prepárense
para comenzar la segunda fase del ritual en diez minutos.
Severus ayudó
a Harry a salir y le entregó una toalla grande y esponjosa.
—Ven, Severus.
Permíteme.
Harry comenzó
a secar a su amado con suaves caricias. Sus movimientos, así como
sus palabras, trajeron el recuerdo de un tiempo en que su relación
todavía era reciente. Entonces, también había pronunciado
las palabras ‘permíteme’ antes de secarlo suavemente,
luego del primer baño que habían compartido.
Se inclinó
hacia adelante y lamió un pezón. Cuando Severus jadeó
suavemente, le miró disculpándose, pero sonrió.
—Disculpa.
No pude contenerme.
Severus bajó
la vista hacia el diablillo y sonrió. Luego, la negra mirada se deslizó
por sus cuerpos hasta el punto donde las dos erecciones gemelas casi se
tocaban. Levantó de nuevo los ojos hasta su amante. Su amante. Si
de él dependía, cuando este asunto de las protecciones terminara,
no saldrían de sus habitaciones durante una semana.
Albus aclaró
su garganta para atraer la atención de los participantes.
—Elegidos,
alzándose de las piedras están cuatro altares. Uno de ustedes
se acostará en el altar, mientras el otro procederá a inscribir
las runas sobre su cuerpo con la pintura ritual. Cuando terminen, cambiarán
de lugares y comenzarán de nuevo.
Severus ayudó
a Harry a subir al altar, ya que su cicatriz todavía entorpecía
algunos de sus movimientos. Miró alrededor del recinto de piedra,
y sólo fue capaz de distinguir algunas formas aisladas aquí
o allí, debido a la densidad del vapor en la cámara. Podía
escuchar el débil murmullo de voces, y los cánticos. Pero
del resto, para todos los intentos o propósitos, se encontraban solos,
aislados de todos los que los rodeaban.
Se aseguró
de que Harry estuviera cómodo, antes de levantar el recipiente de
pintura y el pincel. Comenzó a deslizar el pincel a lo largo del
muslo izquierdo del joven, para formar la primera runa. Una risa repentina
estalló en Harry, haciendo que se detuviera y elevara el pincel para
observar al joven mago, con la boca cubierta por ambas manos y las mejillas
enrojecidas. Oh, esto iba a ser una tortura. Severus sonrió y regresó
a pintar las runas.
Harry lo observaba
trabajar, y hacía esfuerzos desesperados por permanecer inmóvil.
Apenas podía esperar a que fuera su turno de pintar. Conocía
cada uno de los puntos de cosquillas de Severus. Oh, la venganza sería
dulce... si Albus no les retorcía el pescuezo primero.
Puesto que Severus
era diestro en Runas, no le tomó mucho tiempo tener al Gryffindor
cubierto de la cabeza a los pies. Cambiaron de lugar y, pronto, Severus
estaba bajo el pincel y a merced del joven.
—Yum...
Si sólo tuviera algo de chocolate derretido podríamos hacer
esto mucho mejor—murmuró al oído del hombre, antes de
tocar un punto justo debajo del ombligo.
Miró el
pergamino y comenzó el trabajo, cuidadosamente lento, de pintar las
runas. No era su mejor materia, pero al menos trataría de hacer su
mayor esfuerzo, como Hermione le había enseñado cuando estaban
en la escuela.
—Harry,
¿estás tratando de matarme?
—No, pero
soy yo, y Runas. Nunca fue mi mejor materia, a diferencia de otras cosas...—estiró
un dedo y lo deslizó lentamente por la erección de Severus,
para luego pasearlo por debajo y recoger una gota de esencia perlada de
la punta. Levantando el dedo, cuya punta brillaba con pre—semen, lo
colocó en su boca; sus ojos nunca abandonaron a Severus.
El Slytherin
sólo pudo gemir.
—Date la
vuelta, Sev. Ahora tengo que trabajar con tu espalda.
@@@@@@@@
Remus olfateó, luego sonrió abiertamente a Lucius. El rubio
observó las ventanas de la nariz de su pareja y asintió, sonriéndole
a su vez. Alguien estaba excitado... Muy excitado. Aunque su propio amante
estaba muy duro y goteaba copiosas cantidades de pre—semen, la esencia
que atraía su atención provenía solamente de Severus
y Harry. Su cachorro debía estar provocando a su antiguo amante.
@@@@@@@@
Harry realizó su trabajo, bajando por el cuerpo de su amante. Ahora
que su erección no lo distraía, trabajaba un poco más
rápido. Y Severus parecía un poco relajado. Eso fue hasta
que alcanzó su perfecto trasero. Pero siguió pintando hasta
que hubo concluido con todas las runas. Bajó el recipiente y el pincel,
y se giró para ayudar a Severus a salir del altar, de modo que la
pintura que aún estaba húmeda no se corriera. Merlín
sabía que no tenían tiempo para empezar de nuevo.
Los ocho se reunieron
nuevamente en un círculo, en parejas, alrededor del Director, aguardando
sus instrucciones para la siguiente fase del ritual.
@@@@@@@@
Ron miró a Harry, quien en ese momento estaba sonriendo al Gran Cretino
Grasiento. Se tocaban ligeramente mientras aguardaban la nueva etapa del
ritual. El Señor Malfoy brillaba intensamente bajo las atenciones
de Remus Lupin. La mano de Hermione estaba apoyada en la ligera protuberancia
de su estómago, mientras el hurón rodeaba sus hombros con
su brazo. Los dos se miraban como cachorros locamente enamorados. Y Tonks
estaba parada a su lado, con su largo cabello negro, y no se veía
feliz. No como todos los que estaban parados alrededor de ellos. Ron cruzó
los brazos y puso mala cara.
@@@@@@@@
El anciano Director sostuvo su reloj firmemente, mientras paseaba cuidadosamente
alrededor de los estanques que emitían vapor, esquivando los jóvenes
cuerpos desnudos que lo rodeaban.
Oh, ser joven
de nuevo.
La alta concentración
de vapor en la habitación había agravado los dolores de sus
articulaciones
—Los calderos
y los ingredientes para preparar las pociones aparecerán en los altares
dentro de cuatro minutos exactamente. La receta para la poción también
estará allí. Por favor, tengan mucho cuidado; algunos ingredientes
son extremadamente raros y no podremos reemplazarlos si se equivocan en
la preparación de su poción. Permanezcan centrados en sus
tareas, con exclusión de cualquier otra cosa.
Retrocedió
un paso y extendió la mano en dirección a los altares. Los
participantes enfilaron silenciosamente hacia allí y cada pareja
se detuvo ante el altar designado, esperando a que los artículos
aparecieran.
Severus sintió
un fantasmal toque en su trasero y su polla dio un tirón. Miró
a Harry por el rabillo del ojo, pero el mocoso miraba al frente, impasible,
como si no hubiera hecho nada. Inclinó la cabeza para ocultar la
sonrisa que amenazaba con aparecer en su rostro, y agradeció en silencio
por el vapor. Estiró un dedo lentamente y recorrió el dorso
de la mano de Harry. Esa mano aferró la suya y la estrechó
suavemente, antes de regresar a su posición original.
@@@@@@@@
Harry se paró al lado de Severus. El profesor estaba en su elemento,
pero eso no quería decir que no pudiera ayudar a su amante. Sabía...
y había aprendido, lo que podía y lo que no podía hacer
durante la elaboración. Miró la receta que estaba flotando
en el aire sobre el altar y los ingredientes organizados en la piedra frente
a ellos.
—Elegidos—comenzó
Albus—. Esta poción deberá ser comenzada y terminada
al mismo tiempo; todos juntos.
—Comencemos,
Harry. Justo como hemos hecho los últimos cuatro años—ronroneó
Severus, contento ante la sensación de familiaridad.
El joven le sonrió.
—Sí,
Severus.
—Elegidos...
empiecen.
Severus encendió
el fuego bajo el caldero y Harry le pasó agua fresca de lluvia. Cada
etapa era diferente. Pero cuando tocó revolver, tuvieron que hacerlo
juntos, mano derecha sobre mano derecha. Esto hizo necesario que Harry se
parara detrás de Severus, alineando sus brazos y manos a la perfección
para poder remover correctamente. Y también sucedió que, en
tan perfecta alineación, la turgente polla de Harry se apretó
firmemente contra la hendidura del trasero de Severus, haciéndolo
gemir. Ambos hicieron su mayor esfuerzo por sofocar el sonido. No convenía,
en este punto, distraer a los demás.
—¿Cuántas
etapas faltan, Severus?—preguntó Harry, mirando los ingredientes
que quedaban.
@@@@@@@@
Tonks observaba como Ron intentaba agarrar, en lugar de levantarlo cuidadosamente,
uno de los ingredientes más delicados. Alargó la mano rápidamente
y atrapó su muñeca, antes que pudiera aplastar las delicadas
flores, que debían estar completas cuando se agregaran a la poción.
—Ronald
Weasley—susurró furiosa, haciendo girar al obstinadamente insensato
pelirrojo para mirarlo a la cara—. ¡Ten cuidado! Concéntrate
en lo que estamos haciendo aquí. Este ritual es importante. Vidas
dependen de que sea realizado correctamente. ¡No será estropeado
por un enfermo de amor como tú!
Mientras hablaba,
lo miró directamente a los ojos, sin permitir que él apartara
la mirada, metamorfoseando el tono azul de sus ojos a un azul zafiro más
intenso. Al concluir la reunión, Albus la había llevado aparte
y le había advertido acerca del comportamiento de Ron en lo referente
a Harry y Severus, y le había pedido por favor, que apretara la rienda
sobre el joven, para que el ritual pudiera tener éxito.
Ella ya estaba
al corriente de la mayor parte de la situación, gracias al más
joven de los Malfoy. Le aseguró al Director que haría su mayor
esfuerzo, con las restricciones del ritual, por supuesto. Intensificar el
color de sus ojos no estaba contra los límites del ritual, y sabía
que ayudaría a hipnotizar a Ron, volviéndolo más fácil
de controlar.
Ella agregó
las tres Flores de Luna y levantó el agitador de plata.
>> Ahora,
ponte detrás de mí, coloca tu mano sobre la mía y sigue
mis movimientos mientras agitamos... cuidadosamente.
—¡Sí,
señora!
Fue la única
respuesta susurrada de Ron, mientras rápidamente tomaba su lugar
detrás de la bruja y colocaba la mano sobre la de ella.
@@@@@@@@
—Dios, Sev... Ahora podría doblarte justo aquí y follarte
hasta que ni tú ni yo podamos caminar.
Severus había
apretado sus nalgas alrededor de la polla de Harry, recordándole
cuan apretado podía ser. Podía ser... justo ahora... después
de tres semanas de obligado celibato, que en realidad habían tenido
más que ver con su preparación para el ritual que con su separación.
No que ninguno
de ellos hubiera estado buscando... Se habían sentido demasiado miserables
separados del otro como para intentar algo con alguien más. Con una
mano agarrando aquella con la que Severus estaba agitando, pasó el
otro brazo alrededor de la cintura del hombre y apoyó la mejilla
contra su espalda, dejando que el movimiento de giro se aquietara. Ya sólo
la cercanía era suficiente para curar su corazón herido.
—El siguiente
ingrediente, amor.
Harry caminó
hacia un lado y tomó los cubitos de manzana, entregándoselos
a Severus. Observando los ingredientes pudo discernir que estaban haciendo
algo diferente a cualquier poción ritual que conocía. Todo
era comestible. ¿Estarían alimentando al castillo?
Mientras observaba
y aguardaba la siguiente instrucción de Severus, alargó la
mano y pinchó ligeramente en una de sus nalgas. No podía dejar
de tocar a su amante. Pero Harry no era el único que estaba teniendo
problemas. La magia estaba creciendo más fuerte. Girando alrededor
de los participantes, atravesando el espeso vapor de la antigua cámara
de piedra. Los cánticos eran amplificados, construyendo junto con
otras magias. El poder era excitante e intoxicante; seductor y lánguido.
Estaba acariciando sus cuerpos, apoyándolos para que completaran
los pasos finales de la poción. Alentándolos.
Los cantores
se balanceaban al ritmo de las antiguas palabras y la magia fluía
a través de la cámara. Sus ojos estaban cerrados, mientras
la magia los mantenía en trance, dando a los Elegidos la privacidad
que necesitarían para terminar el ritual. Albus estaba parado al
frente de los cantores, la cabeza inclinada, aguardando. Tres etapas faltaban
para completar el ritual y restaurar las protecciones. En silencio, agradeció
a los Dioses por haber superado la edad en que la poción pudiera
afectarle. Afortunadamente, el trance también bloqueaba a los cantores
de los efectos de ésta.
@@@@@@@@
Lucius estaba muy excitado; apenas era capaz de leer las palabras en el
pergamino. Remus estaba frotando su trasero y acariciando su polla. De vez
en cuando, los sabios dedos vagaban para explorar y estirarlo un poco. No
que necesitara estirar demasiado, le gustaba apretado. Miró a su
pareja, cuyo pene estaba más largo de lo que lo había visto
nunca; estaba muy duro y excitado, el pre—semen goteando libremente
de su punta. El rubio alto gimió. Cuando Remus acabara con él,
era positivo que no sería capaz de sentarse o caminar en al menos
una semana. La poción tenía que ser un afrodisíaco.
Nunca había sentido este nivel de excitación es su vida. El
puro pensamiento lo hacía gimotear.
Albus levantó
la mirada mientras un brillo de cristal emanaba de los cuatro calderos simultáneamente.
Bien, había completado la poción como se requería.
Todo desapareció de inmediato, excepto los pequeños calderos
dorados conteniendo las pociones. Los ocho levantaron la vista hacia el
Director, aguardando a que les dijera qué era lo siguiente que debían
hacer.
—Cierren
los ojos e inhalen los vapores de la poción. Tómenlos profundamente
en sus pulmones, sientan la magia antigua, escuchen las palabras del cántico
y dejen que los guíe a través del resto del ritual.
Los Elegidos
ya estaban cayendo en el trance mágico; piel enrojecida, ojos dilatados,
respiración acelerada e imposibilidad para evitar acariciar al compañero.
Sí, estaban casi listos.
El anciano verificó
el tiempo y contó, levantando su varita. Ante la campanada de medianoche,
lanzó un hechizo; los calderos levitaron sobre los altares e, inclinándose,
vertieron el contenido sobre la piedra, para luego desaparecer. Levantó
las manos y el vapor se cerró en torno a las parejas, dándoles
privacidad. No necesito explicar en voz alta el siguiente paso. Ahora todos
estaban bajo la guía del ritual mágico. Caminó lentamente
hacia una silla de piedra, tallada en un nicho enorme en la pared, y lanzó
un hechizo de almohadón, antes de sentarse a esperar a que el ritual
fuera completado, cayendo en un trance con los cantores, uniendo su voz
a las de ellos.
Harry observó
a Severus acostado sobre el altar, extendiendo sus brazos, haciéndole
señas para que se acercara. La magia los rodeaba, acariciando sus
cuerpos. Se sentía como si la magia tuviera dedos, tocando y acariciando
en los lugares más íntimos. Severus jadeó mientras
sentía la magia entrar en su cuerpo, preparándolo para lo
que vendría.
El Gryffindor
miró al pálido hombre acostado bajo él. Su corazón
se hinchó de amor hacia esta persona que siempre lo había
visto como Harry, el chico, y luego el hombre.
Severus alargó
la mano y retiró una lágrima que escapaba descendiendo por
el rostro de Harry, mientras su joven amante lo miraba con un amor tan fuerte
que le cortó la respiración.
—Seamos
uno, Mi Harry. Deja que con esto fortalezcamos las nuevas protecciones y
nuestro amor—susurró, atrayendo al joven hacia sí y
envolviéndose sobre él con brazos y piernas.
—Tú
eres mi corazón y mi alma, Severus. Recuérdalo siempre. Sin
importar lo que nos destine la vida, somos uno.
Mientras las
caderas de Severus se alzaban, Harry se ubicó y entró en su
amante, enterrándose completamente, de una sola estocada. Ambos gritaron
en éxtasis, e inmediatamente comenzaron a perderse en el ritmo de
su unión y la magia que los envolvía.
Gemidos y gritos
podían ser escuchados por toda la cámara, provenientes de
las cuatro parejas. La magia y los cánticos de construcción,
se unieron con sus gritos, hasta que todo el conjunto fue in crescendo.
Los ocho gritaron su orgasmo simultáneamente, y los cuatro varones
dominantes derramaron su semilla sobre las piedras de los altares. Luego,
se agacharon y tomaron la semilla de sus compañeros varones, y la
esencia de las compañeras hembras, y se limpiaron usando la piedra
también. Las piedras de la cámara comenzaron a retumbar y
brillar, terminando en un repentino relámpago blanco.
A la mañana
siguiente, Harry y Severus despertaron en las mazmorras, en la cama, entrelazados.
Severus cubrió el rostro de Harry con sus manos y lo llenó
de besos, hasta que el menor empezó a reír incontrolablemente,
aferró las manos de su pareja para detenerlo y jadeó.
—¿Qué
sucede, Harry?
El aludido elevó
la mano izquierda de Severus con la palma hacia abajo y puso su propia mano
izquierda a su lado, para que su amante pudiera verlas. En sus manos estaban
los Anillos de Enlace de la Familia Potter.
Levantó
la vista hacia el rostro de Severus, las lágrimas deslizándose
por sus mejillas, mientras lloraba de alegría. La magia antigua los
había enlazado. Cerró los ojos y rió. Podía
sentir el zumbido de las nuevas protecciones del castillo.
—Puedo
sentirlo, Sev. El castillo está completo de nuevo.
Severus atrajo
a Harry y lo abrazó estrechamente. Mirando sobre el hombro de su
pareja, notó los cambios en la habitación. Giró a Harry
y se los señaló. Todas las posesiones del Gryffindor parecían
estar de regreso, como si nunca se hubieran ido.
El joven lanzó
un grito de alegría y saltó sobre su amante, abrazándolo
mientras reían juntos, como si la felicidad bullera de sus dedos.
FIN
(1) Samhain: (Del gaélico Samhuinn,
pronunciado sou'en) Constituye una de las Fiestas de las Cosechas celebradas
por la antigua religión Celta. Significa, literalmente, el fin del
verano. Es la festividad pagana más importante del año, puesto
que marca el comienzo del Año Nuevo celta y, asimismo, el inicio
de la primera de las dos mitades en las que los pueblos celtas dividían
el año: el invierno.
Su celebración
comienza con el crepúsculo del día 31 de Octubre en el Hemisferio
Norte, y con el crepúsculo del día 30 de Abril en el Hemisferio
Sur. Conmemora la muerte simbólica del Dios Sol y su paso a la Tierra
del Verano, haciendo que los días se tornen más cortos y las
noches cada vez más largas.
En esta noche,
se suelen encender hogueras con un doble propósito: simbolizar el
final del verano y ayudar a las almas de los muertos a encontrar el camino
hacia la luz y el descanso. Para ello también se suelen encender
velas en los alféizares de las ventanas y en las puertas de entrada
de las casas; además, se dejan también algunos alimentos como
pan y frutas de la temporada (principalmente manzanas y granadas) para que
las almas se alimenten durante su viaje. Las manzanas también se
entierran con el propósito de alimentar a la Tierra, que se prepara
para su letargo.
Se considera que en la noche de Samhain, el velo que separa los mundos,
el mundo de los vivos y el de los muertos, es particularmente delgado, por
lo que es un momento propicio para comunicarse con los antepasados o realizar
prácticas adivinatorias.
Esta noche está considerada como una de las más poderosas
del año, mágicamente hablando, así que cualquier trabajo
de este tipo que se realice contará con un poco de ayuda adicional.
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