En
la salud y en la enfermedad
Por Softly_Sweetly
Ubicación
original
Traducido
por Clau Felton Black - Revisión: Veroboned, Heiko
Harry/Scorpius
Rating: PG
13
Harry escuchó
la conmoción y justo cuando se estaba poniendo de pie para decirle
a sus aurores que cerraran la boca y volvieran al trabajo, la puerta
se abrió de golpe y un colorado Teddy Lupin irrumpió en
la habitación.
—Harry,
¡Scorpius está enfermo!
Mientras el pánico lo recorría, Harry mordió el
interior de su mejilla para mantener alguna apariencia de profesionalidad.
Siguiendo a Teddy a la sala de entrenamiento, Harry cayó de rodillas
junto a Scorpius y presionó el dorso de su mano contra la frente
de Scorpius.
—¡Dios
mío! ¡Está ardiendo! ¿Qué demonios
ha pasado?
—¡No lo sé! Le dieron con una maldición cuando
estábamos fuera, pero no creo que... él parecía
estar bien y luego sólo... sólo cayó inconsciente.
Teddy quedó en silencio mientras Scorpius murmuraba algo escasamente
inteligible. Harry palmeó ligeramente sus mejillas con las manos
pero falló en su intento de despertarlo. Podía ver sus
ojos moviéndose bajo sus párpados y su mano sudando por
la fiebre de su frente.
—Llama
a San Mungo, diles que voy de camino.
Harry se acuclilló para coger a Scorpius, agradecido con Teddy,
quien le ayudó a levantarse y llegar a una posición medio
erguida, medio inclinado. El grupo de colegas aurores se apartó
mientras Harry llegaba al espacio con las protecciones abiertas a las
apariciones. Se concentró en San Mungo y se desapareció.
Llegó frente al primer escritorio y el pánico debió
ser evidente en sus ojos, porque la recepcionista no le exigió
que rellenara el formulario para atenderle, sino que presionó
un botón, que Harry sabía que servía para alertar
a los sanadores. Repentinamente, tres de ellos lo estaban rodeando,
tomando a Scorpius de entre sus brazos.
—¡Scorpius! —Draco sonó con tanto pánico
como Harry sentía, y éste pudo ver cada parte de su cuerpo
tensarse, bajo la túnica verde menta de sanador—. ¿Qué
sucedió?
—No lo sé... colapsó, por una maldición —Harry
deseó haber preguntado más a Teddy, no solo haber entrado
en pánico ante la imagen de su amante tendido en el suelo. Pero
por suerte, la recepcionista sacó una hoja de pergamino fuera
de la Bandeja de Entrada, con un hechizo de conversación, y se
la puso en las manos. Era un mensaje de Teddy para el hospital y Harry
buscó los detalles con rapidez.
—Fue
un hechizo de mocomurciélago mezclado con uno de fiebre. Scorpius
parecía bien, pero deben haber reaccionado uno con el otro...
—Llévenlo a una camilla, ¡ahora! —Draco arrebató
el pergamino de las manos de Harry, dirigiendo a los sanadores por el
pasillo. Harry sabía que se suponía que tenía que
permanecer afuera, pero no pudo. Empuñando sus manos, empujo
las puertas giratorias para abrirlas, corrió por el corredor
hasta permanecer de pie, en el exterior de la habitación en la
que habían ingresado a Scorpius. Mientras los sanadores y los
medimagos bullían alrededor de Scorpius, Harry se sentía
impotente por no poder hacer algo más que mirar.
Draco le dio un sorbo a su café, observando a Harry, que a su
vez observaba a Scorpius. Finalmente habían logrado revertir
los hechizos y Scorpius había recuperado el conocimiento, pareciendo
bastante lúcido. Ahora estaba dormido, pero casi doce horas después,
Harry no se había movido de su lugar junto a la ventana.
Suspirando profundamente, Draco bajó su taza de café y
tomó su portapapeles. Harry no tenía aspecto de jefe preocupado
y ciertamente había permanecido allí mucho más
tiempo de lo que era necesario como su superior. Harry parecía
tan aterrorizado como Draco se había sentido en el primer momento
en que vio a Scorpius, desfallecido e inconsciente en los brazos de
Harry.
Sabía que Scorpius se estaba viendo con un hombre mayor, pero
nunca había esperado que fuera Harry. Tragándose su antipatía,
Draco caminó hasta donde estaba Harry de pie y preguntó
con una forzada pero impasible voz:
—¿Desde
cuando llevas viéndote con mi hijo?
Draco vio cómo Harry lo evaluaba vio cada emoción pasar
a través de sus ojos y tuvo que reconocerle algo de inteligencia
cuando levantó los hombros y respondió.
—Nueve
meses —Draco no dijo nada, y después de unos minutos de
incómodo silencio, Harry continuó—. ¿No vas
a maldecirme o golpearme?
—¿Con qué objeto? Scorpius hará lo que le
plazca sin importarle lo que yo haga —Draco esperó un momento
y consideró sus opciones. Viendo a su hijo durmiendo plácidamente,
Draco recurrió a cada trozo de buena voluntad que contenía
su alma—. Él ha sido feliz.
—No voy a dejarlo.
La afirmación estaba fuera de lugar y Draco puso los ojos en
blanco. Típico del imbécil de Potter.
—No
te estoy pidiendo que lo hagas —conjurando una silla, Draco la
empujó en dirección a Harry y se dirigió a la puerta
de la habitación de Scorpius. Mientras hacía una pausa
bajo el marco de la entrada, agregó, hablando sobre su hombro—:
pero haré de tu vida un infierno cada vez que te quedes en Malfoy
Manor. Después de todo, es mi deber de padre.
~FIN~
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